Semana larga. Semana intensa. Cansado pero con una sonrisa de oreja a oreja, así nos atiende Raúl Pereda. Apenas han pasado seis días tras haber conseguido uno de sus mayores sueños en la vida. Hablamos con un peleón, un obrero del golf desconocido hasta el momento, que se ha estado bregando en categorías menos glamourosas y nos brinda una de esas espectaculares historias que el golf nos permite disfrutar de vez en cuando. Vuelve México al PGA Tour. En 2024 el jugador de Veracruz Raúl Pereda se ha ganado sus derechos completos para disputar la primera división del golf mundial tras ganar una de las cinco tarjetas que se repartían en la Final de la Escuela del PGA Tour.
Hace ocho días este mexicano de 27 años se plantaba en la Final de la Escuela con tan solo un torneo en el Circuito a sus espaldas. Uno solo. Hoy, Pereda es jugador del PGA de pleno derecho y podrá disfrutar de aquello con lo que siempre soñó: «Desde que tengo doce años mi sueño era llegar al PGA Tour, quería estar con los mejores y lo he logrado». El camino ha sido largo. El jugador de Veracruz se trasladó a Jacksonville en 2014 para estudiar la carrera con una beca y jugar en el equipo de golf universitario. Fueron cuatro años en los que el equipo crece mucho y pasa de estar clasificado en el puesto 120 a estar entre las 30 mejores universidades y poder jugar incluso las Finales Nacionales. Raúl se gradúa en 2018. Por su buen desempeño la universidad le ofrece una beca para poder seguir en la universidad, pero tras hablarlo con su madre toma una rápida decisión: «Mi sueño es llegar a lo más alto y quiero intentarlo». Desde entonces lo hemos podido encontrar peleando en las divisiones inferiores del golf y sobre todo en el PGA Tour Latinoamérica donde ha jugado las últimas cuatro temporadas. Sin embargo la oportunidad de seguir creciendo no terminaba de llegar y de hecho hasta tres veces no superó la segunda Fase de la Escuela del Korn Ferry Tour y dos veces en las que se pegó con la pared de la Escuela del DP World Tour. Son años difíciles: «no me llegué a plantear dejarlo pero la verdad es que lo pasé mal. Tuve dudas». A Pereda no hay quien lo tumbe y es entonces cuando decide dar un giro a su carrera: «Hace dos años tuve que cambiar mi equipo para poder limpiar mi cabeza y encontrar nuevos modos de ver las cosas y motivaciones». Un paso atrás para poder dar el salto definitivo. En esa reestructuración incorpora a su actual entrenador el sueco Anders Forsbrand, todo un campeón seis veces en el circuito europeo. Experiencia. En su equipo también encontramos conexión española ya que también trabaja el juego corto desde hace más de ocho años con Ramon Bescansa y con quien espera poder intensificar este año más horas de entrenamientos juntos.
«La realidad es que al inicio de temporada el PGA Tour no entraba dentro de los planes más realistas» señala Pereda, pero 2023 iba a traer otra gran sorpresa. De hecho juntas se entienden mejor. En abril recibe la invitación para debutar en el PGA Tour en el México Open. En sus primeros 18 hoyos entrega una tarjeta de 65 golpes que le meten en el top 4 del torneo: «Terminé en el puesto 60 pero la experiencia de esa semana me ayudó mucho en la última ronda de la Escuela. Me enseñó como debo manejar los nervios y que puedo confiar en mi y jugar con los mejores. Además aprendí mucho de mi última ronda (firmó 76 golpes y perdió 40 puestos en la tabla) y sin duda eso también me ha ayudado mucho esta semana y estoy contento de haber sabido darle la vuelta. Me propuse cambiar de mentalidad y lo he hecho», reflexiona Pereda.
Aunque llegar a lo más alto empezaba a parecer una quimera, como decíamos este 2023 traía otra gran oportunidad debajo del brazo: El retorno de la Escuela del PGA Tour. Raúl queda entre los cinco primeros del circuito latinoamericano y se gana una plaza para la segunda fase de la Escuela donde durante varias horas estuvo fuera de la Fase Final pero un bogey en el penúltimo hoyo del último partido le volvió a meter: «Yo ya iba en el auto de vuelta a mi alojamiento cargando la aplicación de resultados cuando me llamó un amigo para decirme que finalmente había entrado. En ese momento me liberé de mucha presión». Qué fina es la frontera entre el éxito y el fracaso en el golf. Unas semanas después se clasifica a la primera división del golf mundial y lo hace además en casa, a pocos metros de su universidad jugando en Florida en dos campos que conoce como la palma de su mano y en los que reconoce haber jugado más de 60 veces.
«Sigo un poco en la nube, pero esto es lo que he querido durante muchos años y debo llevarlo con normalidad y mantener los pies en el fairway. Sigo siendo la misma persona y no puedo dejar que esto me cambie. Me dieron un ascenso en mi trabajo pero nada cambia. Quiero seguir siendo el mismo». Mentalidad de las que llevan lejos, tanto como los objetivos que se marca el mexicano: «Esto es el arranque de una etapa, para el comienzo de otra por que a lo más alto no hemos llegado, yo quiero ser el Número Uno del Mundo». Han leído bien. Mentalidad y ambición. Se llegará donde se pueda pero las aspiraciones son las más altas.
A la hora de definirse Pereda se resalta con una personalidad muy aguerrida: «pongo mucho corazón en las cosas, me dicen que soy muy mal perdedor, y es verdad me arde perder, pero eso me llevar a pelear y a entrenar aquello que veo que me impide ganar. Soy muy perfeccionista, muy meticuloso y tengo un lema que me gusta mucho cuando entreno: «Blanco pequeño, error pequeño» y cada día voy ajustando mi juego. Sé que puedo ser un 90% mejor y voy a trabajar cada día para lograrlo. Si me rodeo del mejor equipo sé que puedo llegar muy lejos».
De 1,75m de altura, el jugador mexicano se define como un gran ballstriker: «Quizás no soy el jugador que más duro le pega pero sí tengo muy buena capacidad para pegarla rectito desde el tee y poner la bola en calle, para mi eso es fundamental. Ahora bien si tengo que señalar mi mejor virtud en el campo es que creo que soy un gran estratega». Para la exigente temporada que se viene reconoce que «este año tengo que entrenar mucho mi juego con los hierros en golpes a green desde menos de 120 yardas y con mi velocidad en el putt. Es en lo que creo que más puedo seguir creciendo».
Tras la marcha de Carlos Ortiz, con el que reconoce tener buena relación, y Abraham Ancer a LIV Golf, Pereda devuelve a México a lo más alto del PGA Tour y se convierte en el noveno de la historia de su país en jugar allí. ¿Ilusión o presión? «Lo afronto con ilusión y responsabilidad, ser el único mexicano en el Tour es algo increíble pero también es una oportunidad de demostrarles a mis compatriotas y al resto de jugadores que sí que se puede llegar y que tenemos el nivel para mantenernos. No quiero estar yo solo. Es verdad que tengo presión, pero mucha ilusión», concluye el mexicano.
La semana que viene Pereda viajará a Hawaii a la semana de formación que tienen los nuevos jugadores del circuito norteamericano y donde espera poder entrar en el Sony Open. Les iremos contando las batallas de este aguerrido luchador mexicano.