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Analizamos desde todos los ángulos una de las frases más repetidas del golf profesional

Qué quieren decir cuando dicen que su juego es mejor de lo que dicta el resultado

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Rory McIlroy - The Open Championship - Royal Liverpool
Rory McIlroy. (© Golffile | Mateo Villalba)

Hay algunas sentencias clásicas en el mundo del golf de alta competición (y que también se trasladan al golf amateur de cualquier nivel, por cierto) y una de ellas es esta que reza: “mi juego ha sido (es o está siendo) mucho mejor de lo que dice el resultado”. Como se ve, puede referirse a una vuelta concreta, a un torneo o incluso a un periodo en el tiempo más largo, que abarca numerosas rondas de golf y torneos.

¿Qué hay detrás de semejante sentencia? ¿Acaso se trata de un mal diagnóstico o análisis que hace el golfista de su propio juego, o por el contrario suele tratarse de una afirmación bien encaminada, con un razonamiento sólido detrás? ¿Es positivo que un jugador piense de esa manera, quizá para que no merme su confianza, o se trata más bien de una huida hacia adelante?

Hemos pretendido dar respuesta a estas cuestiones, o al menos a parte de ellas y para ello hemos consultado con algunos representantes de los diferentes estamentos del mundo del golf, desde jugadores a entrenadores o psicólogos. 

Álvaro Quirós, por ejemplo, jugador con una vasta experiencia en la competición al más alto nivel, de entrada no duda al respecto: “Cuando un jugador dice algo así normalmente suele tener un déficit con el putter en las manos. Ahora, después hay casos y casos. Por ejemplo, tengo claro que si ese tipo de afirmación o sensación es repetitiva, se prolonga demasiado en el tiempo, entonces lo que suele estar ocurriendo es que el jugador está haciendo un análisis pobre de su juego. No digo un mal análisis necesariamente, pero sí incompleto o pobre”.

Alex Larrazábal, que también ha escuchado esta sentencia en multitud de ocasiones y en sus diferentes facetas, bien sea como jugador, caddie o entrenador, hace algunas distinciones interesantes. “Creo que cada caso debe ser analizado individualmente. Pero cuando alguien dice eso de que está jugando mejor de lo que dice su resultado normalmente es por una de estas tres razones. La primera: está haciendo un análisis incorrecto, aunque en este punto yo haría alguna puntualización importante: un jugador del altísimo nivel rara vez va a hacer un análisis incorrecto. Conoce demasiado bien su juego y las diferentes circunstancias de la competición como para errar de una manera tan simple. La segunda: está pateando mal, y en este punto también se puede matizar. Puedes estar pateando mal porque hay algo que estás haciendo de manera incorrecta, o sencillamente puede ocurrir que en un momento puntual la bola no entre, pero estás tocándola bien, en cuyo caso esa sensación de estar jugando mejor de lo que dice tu resultado se incrementa. Y la tercera razón: es posible que en un momento muy concreto, en una ronda de golf concreta, realmente exista un fuerte componente de mala suerte. Sabemos que en golf eso puede pasar. De todas maneras, repito: si un jugador hace de esa sensación o idea una tendencia es que su diagnóstico está siendo erróneo, aunque estoy convencido de que a un jugador de primer nivel es imposible que eso le pase”.

José Carlos Gutiérrez, otro entrenador que ha trabajado y sigue haciéndolo con jugadores de primer nivel, aporta otro enfoque muy interesante al tema. “Lo primero que hay que evaluar es si el jugador que tiene esa sensación está jugando realmente bien al golf o ‘sólo’ le está pegando bien a la bola. Una cosa es pegarle muy bien a la bola y otra sensiblemente distinta es, además, estar jugando bien al golf. El concepto de jugar bien al golf va mucho más allá de pegar regularmente bien a la bola. Por ejemplo, hay jugadores que pueden pegarle bien a la bola y tomar demasiadas malas decisiones en el campo que te impiden conseguir un buen resultado. Jugar bien al golf tiene que ver con elegir siempre bien de acuerdo a tus capacidades”. 

La frase tiene un componente mental muy grande, por ello, siempre es interesante contar con la opinión de un psicólogo experto en competición y alto rendimiento. Hablamos con Joaquín Dosil, mano derecha de Santi Tarrio durante mucho años y pieza muy importante en el actual engranaje del Celta de Vigo. «Es una cuestión de percepción y el golfista basa su percepción en tres aspectos: sensaciones, juego y resultados. Normalmente, cuando se dice esa frase están mandando las sensaciones en el análisis. Se han visto con un swing muy fluido, poniendo la bola casi donde quieren, como si fuera playstation, pero dos, tres o cuatro errores concretos le han impedido hacer un resultado mejor. Entiendo ese pensamiento, pero esa percepción subjetiva de una ronda no es suficiente en el alto rendimiento. Hay que analizar el cien por cien de lo que ha ocurrido y hacerlo de una manera muy objetiva. El golfista se suele ir a los extremos y es muy importante, al menos así lo hago yo en mi método, analizar cada vuelta de golf de manera objetiva. No podemos mentirnos o de lo contrario seguiremos reproduciendo esos errores y difícilmente nos irá bien al día siguiente. Los golfistas tienen la tendencia a justificar sus resultados malos en la causalidad externa. He jugado increíble, pero ha pasado esto, esto y lo otro. Hay que ir a la objetividad», explica.

Muy relevante es también el punto de vista del caddie, del que lo vive en el día a día, caso de Pello Iguarán, campeón del Open Championship con Francesco Molinari y hoy colaborador de Nacho Elvira. «Esa frase se dice mucho y suele venir en un día donde el golfista se ha visto jugando fácil y el resultado no ha sido muy bueno, y yo lo entiendo porque pasa, no es algo irreal. Lo que ya no se escucha tanto, y yo a veces echo de menos, es lo contrario, que también pasa muchas veces. He jugado muy mal, pero he hecho un gran resultado. En ese sentido, es muy importante el equipo del jugador, es básico que haya sintonía. Hay cosas que ocurren en una vuelta de golf que no puedes controlar y a las que no hay que dar tanta importancia, pero después hay errores no forzados que conviene identificarlos y corregirlos, de lo contrario, pronto vendrá el tío Paco con las rebajas. Hay que hacer un buen análisis».

Alguien que ha estado prácticamente en todas las situaciones del golf es Nacho Garrido. Ha sido jugador de élite, ha trabajado puntualmente como caddie, es entrenador, presta mucha atención a las estadísticas y le da mucha importancia al aspecto mental del juego. «El jugador de alta competición seguramente está ahí porque es muy competitivo, muy positivo y tiende a ver el lado bueno de las cosas, olvidando los golpes malos y los errores. En un porcentaje pequeño de las veces puede ser verdad pero también pienso que en un porcentaje muy alto los humanos somos muy poco objetivos y solemos ver las cosas como queremos. Hay jugadores que no están tan arriba que son al revés, qué malo soy, qué mal le he pegado, es un desastre, y después no es tan así. El equilibrio está en un punto intermedio. No es fácil ser objetivo y por eso es tan importante la labor del equipo, de la gente que rodea al jugador, entrenadores, caddie, para hacerle ver la realidad. También es muy importante la labor que realizan las estadísticas porque muchas veces nos reflejan la realidad y no lo que nosotros hemos sentido, ya que hay veces que le damos mucha importancia a un golpe concreto y no le damos trascendencia a otros que han ido en una línea completamente diferente».