No hay mayor defensa del Match Play que lo que ha ocurrido hoy en los cuartos de final del WGC Dell Technologies. Señores de la pasta y emprendedores varios, patrocinadores ávidos de golf y productoras, no, hoy no se puede decir que el problema de este formato es que resultado muy difícil de vender. Anda, ya. Póngase de nuevo enterita la jornada de cuartos. Del primer hoyo al último y a ver si son capaces de tragar con esa cantinela.
Ha sido una jornada de golf para el recuerdo, maravillosa, a la altura de los mejores cuartos de la historia de este torneo. No defraudaron. Dos partidos han llegado al 18, uno al 17 y el cuarto al 16. Se han hecho en total 40 birdies y un eagle en cuatro partidos, a diez cada uno y se ha visto un nivel galáctico. Hay que ser muy aburrido o muy triste para decir que algo así no tiene cabida en la parrilla televisiva de un buen aficionado. Los que hoy han tenido la suerte de estar en el Austin Country Club van a contar durante años lo que vieron.
Las semifinales ya están sobre la mesa. Se enfrentará mañana por la mañana Scottie Scheffler contra Sam Burns y Rory McIlroy contra Cameron Young. Casi nada. Cuatro cabezas de series. Es la primera vez en la historia que sucede. Si nos vamos, lo hacemos a lo grande. Claro que sí.
Scheffler es una auténtica mula. El partido que ha ganado hoy a Jason Day ha sido épico. Extraordinario. El australiano llegó a ponerse tres arriba en siete hoyos con un golf de otro tiempo. Hoy se cambia la hora en España, pero Day parecía que había atrasado el almanaque hasta 2015 y 2016, ese fantástico periodo de su carrera en el que dominó el golf como Número Uno del mundo. Scheffler estaba contra las cuerdas. Realmente daba la sensación de que ahora sí, finalmente, el hoy Número Uno iba a tener que hincar la rodilla. Ja.
Scheffler ha firmado un parcial de seis menos en los últimos diez hoyos y le ha dado la vuelta al partido para imponerse uno arriba en el mismo 18. Él y Day han terminado empatando los tres últimos hoyos con birdies. Una maravillosa salvajada. Qué portento Scheffler. Diez partidos seguidos ha ganado en este torneo. Ahí, camino de defender con éxito su segundo torneo de la temporada después del Phoenix Open.
Antes, eso sí, tendrá que derrotar a su buen amigo Sam Burns. El norteamericano se deshizo de Mackenzie Hughes en el cuarto de final más normal. Lo dominó desde el principio y lo acabó cerrando en el 16. Estaría bien poder alquilar por horas a Burns simplemente para verlo patear. Qué gozada, qué manera de mover el putt.
McIlroy ha derrotado a Xander Schauffele en otro partido para guardar en la retina. Ha sido un fabuloso intercambio de golpes que sólo se ha resuelto en el hoyo 18. Quince birdies entre los dos jugadores, ocho para Rory y siete para Schauffele. El hoyo 18 fue el único momento en el que McIlroy se puso por delante. El duelo lo controlaba Schauffele, pero el norirlandés tenía una última carta escondida en la manga. Hizo cuatro menos en los últimos seis hoyos y se llevó el triunfo. Con las semifinales aseguradas ya se puede confirmar que Jon Rahm cae a la tercera posición del ranking mundial. Le adelanta McIlroy.
Rory se enfrentará a Cameron Young, seguramente el golfista más solido esta semana. Hoy dominó a Kurt Kitayama desde el principio. Llegó al hoyo 12 con una magnífica ventaja de tres arriba, sin embargo Kitayama ha puesto de manifiesto que es un guerrero, no vuelve jamás la cara y se mete por la mínima rendija que encuentre. Cuatro birdies entre los hoyos 11 y 16 le permitieron llegar con vida al 18, aunque Young mantuvo. la compostura y se terminó llevando el partido 1 arriba.
Viva el match play, señores. Que no se pierda jamás este formato. Se llame como se llame el torneo.
