Rafa Cabrera Bello soltó un profundo suspiro de alivio el jueves pasado nada más acabar la primera ronda del Genesis Invitational. No es que estuviera jugando mal y ni mucho menos andaba perdido con su swing, pero la realidad es que no terminaba de estar a gusto, no se sentía cómodo, no se identificaba en el campo. Sí, pegaba buenos golpes como siempre, pero no sentía confianza en su swing, al menos no la confianza que se ha ganado a pulso en los últimos años.
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Sin embargo, en Riviera se produjo el punto de inflexión que estaba buscando. Rafa se encontró con Rafa. Ese sí soy yo, se vino a decir nada más terminar la jornada. Jugó un golf consistente, sólido, enorme desde el tee y muy bien con los hierros. El viernes volvió a jugar muy bien al golf y llegó a la conclusión de que el tren había vuelto a los raíles. “No tengo por qué pensar que esta semana no va a ir bien también. Ahora habrá rondas buenas o malas, pero me he reencontrado con la consistencia y la confianza en mi swing”, asegura a Ten Golf.
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Las buenas sensaciones que sacó del Genesis hace que incluso la sensación de fatiga sea mucho menor. Rafa está jugando la sexta semana consecutiva, algo muy poco habitual en los últimos años de su carrera. De hecho, la vez anterior que lo hizo fue a finales de la temporada 2018, cuando enlazó WGC Bridgestone, PGA Championship, Wyndham Championship, The Northern Trust, Dell Technologies y BMW Championship.
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También ayuda a esa energía positiva el hecho de jugar un torneo en el que se siente muy a gusto. No en vano, aquí quedó en el puesto 19º el año pasado y fue tercero en 2018.
