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Sergio García hoy ya ha visto el vaso medio vacío

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Sergio García, durante la segunda ronda del WGC México Championship. (© Golffile | Ken Murray)

Sergio García (+4) ha firmado 72 golpes en la segunda jornada del WGC México Championship. Ha hecho nueve pares seguidos y después dos birdies y tres bogeys en los últimos seis hoyos para situarse en el puesto 54º, a quince golpes del líder, Bryson DeChambeau. Hoy ha jugado bastante mejor que ayer y, sin embargo, no ha podido ganar al campo. Ha cogido diez calles y 14 greenes y ha perdido posiciones en la clasificación. Ha sido la gota que ha colmado el vaso.

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Ya les contábamos a principios de semana que el de Borriol andaba librando una ardua batalla contra la frustración. Lleva tiempo jugando bien, pegando bien a la bola y siente que está haciendo las cosas de manera notable con el putter, pero los resultados no terminan de salir. Hasta el primer día del WGC México la paciencia estaba ganando la batalla a la frustración, pero ahora parece, al menos de momento, que la tendencia ha cambiado. Hoy Sergio ha visto el vaso medio vacío.

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La realidad es que hoy ha dado una auténtica exhibición con el juego largo. En los primeros doce hoyos sólo ha fallado un green, y ha sido en el 16, dejando la bola justo a la entrada, muy bien colocada en hierba segada al ras. Ha conseguido hacer dos birdies en el 1 y 2, con dos buenos putts de tres y cuatro metros, y cuando parecía que la vuelta iba a despegar, venía el batacazo en forma de bogeys en los hoyos 4, fallando un putt de metro y medio, 7, con una pobre sacada de búnker y 8, con tres putts. Mucho castigo.

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A Sergio ahora le cuesta encontrar la luz y se le nota en el campo. Pone todo de su parte para tratar de hacer el mejor resultado posible, la profesionalidad está intacta, pero la actitud no es la misma, por ejemplo, que en la Gira del Desierto. Tanto torneo consecutivo sin un gran resultado que llevarse a la boca le está pasando factura y sufre una enormidad para mantenerse positivo. Tiene la sensación de que todo lo que puede salir mal, sale aún peor. Y es cierto que ha tenido momentos de mala suerte, como en el hoyo 11, cuando el ruido de una cámara le ha hecho fallar el segundo golpe, después de haber pegado un drivazo al centro de la calle y, encima, la bola se le ha quedado pegada a un árbol sin tiro a bandera.

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Son cosas que duelen, obviamente, y mucho más cuando no terminas de exprimir con resultados el buen juego, pero la realidad es que en mayor o menor medida todos los jugadores atraviesan a lo largo de una temporada por momentos de mala suerte y otros de buena. Es fundamental luchar para que los malos momentos no te afecten y aceptarlos como parte del azar del juego. Cuando Sergio consigue hacerlo, también lo termina notando en el resultado.