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Guía práctica para seguir el Masters de Augusta

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– Los rectores del Augusta National llevan marcada a fuego una cifra: 270. Fueron los golpes que sumó Jordan Spieth para ganar en 2015. Los mismos que Tiger en 1997. En realidad y como norma general, todo lo que pasa de -15 como resultado ganador no les hace mucha gracia. Basta que alguien firme este registro para que comience a hablarse de cambios en el campo para hacerlo más largo, tal y como ya ocurriera de manera profunda tras el ‘efecto Tiger’. A día de hoy se baraja ciertamente la posibilidad de alargar el hoyo 13, mítico par 5 del recorrido de Georgia, para siguientes ediciones…

Así que el Masters 2016 que arranca este jueves, parte con esa premisa: será más duro. Olvídense de los greenes extrañamente lentos (para lo que se lleva por aquí) que se vieron en 2015. Además, parece que la meteorología se ha puesto de su lado y el viento va a soplar fuerte, sobre todo el jueves y el viernes. Hay quien cree que quizá se gane esta semana con un resultado en torno al par del campo. Quizá eso sea demasiado. Sergio García cree que el resultado ganador puede rondar el -6. Y Jason Day, el Número 1 del mundo y principal favorito, estima que habrá que llegar al menos hasta -10.

– Day, por cierto, lleva en Augusta desde el pasado viernes, aunque no ha querido darse un atracón y ha jugado sólo nueve hoyos cada día. Dice el australiano que no se ve como máximo favorito. ¿Qué va a decir? Aunque puntualiza inmediatamente: se siente en plenitud física y mental. A tope. Encendido. Si consideramos, además, que es un campo que le viene como anillo al dedo por su estilo de juego (bolas a las nubes y draws poderosos; de hecho, fue segundo en su debut en 2011), para qué queremos más…

– Tom Watson, que se despide este año de la competición en este torneo, tal y como hiciera en 2015 con el British Open en St. Andrews, cree que el ganador será Rory McIlroy. A Jordan Spieth, sin embargo, no termina de verlo nadie como principal candidato, en vista de la irregularidad mostrada en las últimas semanas. Pero si algo le gusta al joven texano es pegar golpes sobre la mesa cuando uno menos lo espera. Después, por supuesto, llegará un zurdo y los dejará a todos con un palmo de narices: ya saben, en seis de las últimas trece ediciones cantó victoria un zurdo. Para eso están ahí Bubba Watson y Phil Mickelson, por ejemplo.

– Y el caso es que, repasando los posibles candidatos a priori y exceptuando a Rory, sólo suenan nombres de no europeos (hay que incluir por supuesto a Adam Scott). Desde que Olazábal se puso la chaqueta en 1999 el Viejo Continente no se ha llevado un triunfo a la boca. El Siglo XXI le es esquivo. Justin Rose, segundo el año pasado, es un tapado de lujo, qué duda cabe. Y Henrik Stenson llega en gran momento. Fuera de estos tres europeos, Rory, Justin y Henrik, cuesta imaginar a otro recibiendo de manos de Spieth la preciada chaqueta el domingo…

– Se hace difícil, por ejemplo, incluir a Sergio García entre los favoritos. Hay, eso sí, dos circunstancias que favorecen al español esta semana. Una, el simple hecho de tenerlo fuera del radar; y otra, la posibilidad real y comentada de un resultado ganador en torno a -7. A Sergio le vienen bien los filtros exigentes.

– Rafael Cabrera Bello será el español Número 14 que debuta en un Masters en la historia del torneo y de nuestro golf. No es exagerado afirmar que llega a la cita como uno de los cinco jugadores más en forma del planeta, pero su inexperiencia en el coloso de Georgia lo aparta de la lista de candidatos. Puede y debe esperarse del canario algo más que una digna actuación, aunque en realidad para él ya sea un triunfo estrenarse en el único Grande que le quedaba por jugar.

– Tampoco nos olvidamos de otros nombres sin el cartel de los anteriores pero que perfectamente pueden ganar. Están en forma y tienen mucha experiencia. Son Rickie Fowler, Charl Schwartzel o Louis Oosthuizen.

– El Masters es también un torneo único por cuanto reúne a un buen número de jóvenes amateurs y veteranos campeones. Siempre hay una o dos historias bonitas en torno a ellos. Apunten estos dos nombres: Bryson DeChambeau y Bernhard Langer.