Jon Rahm (PAR) ha firmado un gran inicio de Masters de Augusta. Vuelta de par, con dos birdies y dos bogeys y una muy buena posición merodeando el top ten. Ha sido un arranque sólido, sobrio, sin estridencias, hasta se podría decir tranquilo, dicho por supuesto con toda la cautela del mundo, ya que al fin y al cabo los jugadores se han enfrentado hoy a un Augusta National casi de cristal. Efectivamente, se cumplió la previsión y se ha visto un campo muy duro, firme y rápido en la primera jornada del Masters. Había con moverse con tiento para no romper nada, y Jon lo ha sabido interpretar de maravilla.
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El golfista de Barrika, en su primera vuelta oficial como padre, puede estar satisfecho. Se ha apoyado en la especialidad de la casa, el juego desde el tee. Ha estado sublime en esta faceta. Ha fallado muy poco y ha jugado con mucha inteligencia, evitando los errores, esperando el momento, sin forzar la máquina. Ha jugado como dicta el milenario manual de Augusta. Siembro y recojo cuando toque. Aquí los birdies no se arrancan, se desprenden. Si lo haces a la fuerza, puedes acabar engullido por la bestia.
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Cabría la tentación de decir que Rahm hasta se ha guardado munición para los demás días. No ha hecho nada fuera de serie, no ha habido ningún fuego artificial en la vuelta, ningún chip desde fuera embocado, ningún putt extraordinario, ninguna bola dada… Lo mejor, que no es poco, ha sido su segundo tiro en el hoyo 15. Una delicia. Una bomba perfecta que le ha permitido patear para eagle a cuatro metros. Se escapó el putt, pero amarró el birdie. De haberlo metido, habría sido ése el fuego arificial. A eso nos referimos. Alguno hasta podría pensar que ha estado demasiado conservador, pero en realidad no hay que confundir la inteligencia y la estrategia correcta con la cicatería. Es como había que jugar hoy en Augusta.
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Jon se ha podido llevar perfectamente un premio mayor. Se lo ha merecido. El primer bogey en el hoyo 8 ha llegado por un doloroso tripateo, ya que tiraba para birdie a poco más de ocho metros. Y el segundo bogey golpeaba en el 18, cuando más duele, cuando está acabando la vuelta y no te puedes revolver. El chip desde la izquierda de green se quedó algo corto, no como en el 12 que fue un canto a la ejecución perfecta. Realmente ambos estaban bien tirados, pero ahí depende de cómo responda la bola a los primeros botes fuera de green. En el 18 la bola quedó muy frenada en la hierba más alta y se dejó un putt de algo más de dos metros que no metió.
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Los birdies llegaron en el hoyo 2, jugado de libro y con un buen putt de birdie como el de par que se le marchó en el 18, y en el citado 15. También metió buenos putts de par. Muchísimos tensos de un metro o metro veinte que nunca están dados en Augusta, y otro muy valioso de casi tres metros en el hoyo 6.
En definitiva, un muy buen arranque de un Rahm que ha sabido entender cómo había que jugar hoy en Augusta. Ya habrá tiempo de sacar la munición más pesada… En el momento de acabar Jon, los líderes eran Brian Harman y Hideki Matsuyama con -3. Con -2 habían terminado Will Zalatoris, Webb Simpson, Christiann Bezuidenhout y Patrick Reed. Sólo siete jugadores habían firmado tarjetas bajo par. Un Augusta rotundo.
