Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2021 Un país donde cada 2,5 segundos se pega un golpe de golf
Jorge Campillo escribe el análisis final del Masters de Augusta 2021

Un país donde cada 2,5 segundos se pega un golpe de golf

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Hideki Matsuyama saluda en el green del hoyo 18 después de ganar el Masters. © The Masters

– Balance final del Masters. Me alegro por Hideki Matsuyama y su país. Creo que es una de esas victorias que, si la analizamos de manera global, le viene muy bien al golf. Japón ya es una potencia desde el punto de vista de practicantes y seguimiento. Si a esto le unimos una Chaqueta Verde y los Juegos de Tokio el próximo verano, ya os podéis imaginar.

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– He leído que Japón tiene 2.500 campos de golf y 35.000 canchas de prácticas. Lo vuelvo a escribir porque me cuesta creerlo: 35.000 canchas de prácticas. Por si alguien anda despistado el país del sol naciente no llega a los 400.000 kilómetros cuadrados de superficie, más de cien mil kilómetros más pequeño que España.  Hagan cuentas… Se calcula que en Japón se pega una bola de golf cada 2,5 segundos. Esto es afición. Si hay un país que se merecía un espaldarazo así es éste.

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– Yo he estado en Japón en dos ocasiones y he sentido en mis carnes esa afición. La primera fue en 2003. Yo tenía 17 años y jugamos el Mundial junior por equipos. Teníamos un gran equipo con Carlos del Moral, Jordi García del Moral y Pablo Martín. Quedamos terceros detrás de Corea y Japón, que estuvo liderada por Yuta Ikeda, campeón individual. Pablo Martín quedó tercero. Estados Unidos, que tenía un gran equipo, acabó por detrás. Uno de los días del torneo nos quedamos en casa de un japonés y me sorprendió que tenía allí mismo, en mitad del salón, un hierro 7. De vez en cuando salía a la carretera y se ponía a hacer swings. Nunca lo olvidaré.

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– La otra vez fue en mi viaje de novios con María. Me impresionó la cantidad de redes de canchas de prácticas que hay en Tokio o Kioto. Será deformación profesional, pero nos fijamos en esas cosas. También había tiendas específicas de golf espectaculares, de cinco y seis plantas. El golf se vive allí con mucha intensidad.

– Dicho esto, nos metemos en materia de Masters. He de reconocer que ha sido la edición que menos me ha gustado de los últimos años. Hubo muy poco emoción y justo cuando parecía que se iba a calentar el torneo Schauffele tiró la bola al agua. Me decepcionó un poco el domingo. Matsuyama casi jugó a placer porque los -7 apenas apretaron, no metieron presión. No voy a decir que se lo pusieron en bandeja, pero desde luego sufrió poco.

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– Algunos detalles de la última jornada. Me llamó mucho la atención lo largo que le pega Schauffele. Ya lo sabía, pero verlo en la última ronda sacándole 20 y 30 metros a Matsuyama es impresionante. Mucho más viendo lo pequeño que es. Eso es pura técnica. Tiene un ‘lag’ en el swing parecido a Sergio García. Es muy fino. Eso sí, tengo que decir que en el hoyo 16, viéndolo por televisión, yo diría que le pegó pesada. No sólo por cómo salió la bola, sino por el sonido del impacto. Desde luego, cuando la vi salir a mí me dio esa impresión.

– Hablando de golpes concretos, lo de Matsuyama en el 15 fue un error de estrategia. Su segundo golpe a green fue una mala decisión. Desde el sofá de casa tengo claro que tenía que jugar corto, aunque tampoco engaño a nadie si sigo que después en caliente, estás en el campo, delante de ese golpe y te salen los números y a lo mejor tiro… Seguramente, tiro. Igual el caddie debió pararle los pies. En cualquier caso, lo vi descafeinado porque los rivales se le fueron cayendo sin que él hiciera nada del otro mundo.

– En cuanto a Jon Rahm, qué decir, vaya fenómeno absoluto. No ha estado a su mejor nivel los tres primeros días y hace top 5. Eso es impresionante,. Es cierto, por otro lado, que aún no ha llegado a los nueve últimos hoyos de un Grande, o a los tres últimos para ser más concreto, con unas opciones claras de ganar. Eso a mí me extraña. Es como si empezara un poco a remolque, pero ya llegará, no lo dudo.

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