La tercera jornada del Masters de Augusta arrancará a las 9.40 hora local en Atlanta, seis horas más en la España peninsular. Ian Poulter y Paul Casey será la pareja encargada de abrir el fuego, un emparejamiento que inevitablemente nos hace pensar en la Ryder Cup. Ahí estarán, tratando de remontar posiciones, dos puntales del equipo europeo en los últimos años.
Jon necesita sacarle brillo a la corneta esta noche…
Nos fijamos en los españoles y destaca especialmente el partido de José María Olazábal y Patrick Reed. Saldrán a jugar a las 16.50 horas. Bonito duelo para el golfista de Fuenterrabía en su primer corte después de siete años. Desde luego, no será porque no tienen temas de conversación. Pueden hablar de la Ryder Cup. No sería mala la charla entre el héroe de Medinah y uno de los golfistas más ‘europeos’ del equipo norteamericano. Obviamente, también pueden intercambiar palabras sobre el Masters y cómo les sienta a cada uno la Chaqueta Verde, o de ese menú que Dustin Johnson dispuso en la cena de campeones del martes. Tampoco estaría nada mal escucharles conversar sobre las virtudes del juego corto. Son dos magos en la materia. Realmente en este caso, daría para un simposio.
Una debacle que amenaza con cambiar el orden mundial del golf
Algo menos de una hora más tarde saldrá a jugar Jon Rahm. Compartirá cartel con el escocés Martin Laird. Exactamente, pincharán su bola en el tee del 1 a las 17.40, siempre hora peninsular española, ya saben.
Por último, la jornada se rematará, como siempre, con el partido estelar. Justin Rose y Will Zalatoris saldrán a jugar a las 20.20, con lo que se espera que la jornada se complete a eso de la una de la madrugada.
Rahm tiene un plan y no le importaría contar con Olazábal de cómplice
Hay otros muchos partidos interesantes y con sabor Ryder Cup, por ejemplo el propio de Rose y Zalatoris. Ahora mismo nadie se atreve a descartar al joven Zalatoris para Whistlings Straits. También jugarán juntos Hatton y Scheffler o Wiesberger y Jordan Spieth.
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En cuanto al tiempo, mucho ojo porque el viento sí puede marcar una diferencia notable entre los primeros y los últimos partidos. Parece que el agua tampoco será un problema en esta tercera ronda. Se habla de un 60 por ciento de lluvia entre las cuatro y las siete de la tarde y en ningún caso será algo importante. El viento sí puede ser un factor. Por la mañana se prevé una brisa tranquila que no superará los 20 kilómetros por hora, pero por la tarde, justo cuando estén en juego los últimos partidos, la predicción habla de un aumento relevante en la intensidad, con fuerzas constantes de entre 20 y 30 kilómetros por hora y rachas que podrían alcanzar los 40 kilómetros. Eso ya es una cosa seria. Esto significa que un jugador que arranque pronto por la mañana podría aprovechar para recuperar muchas posiciones. Ahí están Olazábal y Rahm.
