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La experiencia de Lorenzo Gagli llevando la bolsa de Olazábal en el Masters de Augusta

«Nunca podré agradecer lo suficiente a Olazábal el regalo que me ha hecho»

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José María Olazábal y Lorenzo Gagli, durante una de las rondas de prácticas del Masters.
José María Olazábal y Lorenzo Gagli, durante una de las rondas de prácticas del Masters. (© Golffile | Fran Caffrey)

Todo empezó en una sobremesa en Costa Navarino, al suroeste del Peloponeso, el pasado mes de noviembre. A la mesa estaban sentados José María Olazábal, Emanuele Canonica y Lorenzo Gagli. Acababa de terminar la segunda edición del Olazábal & Friends Charity Pro-Am y cada uno estaba contando sus planes de juego para 2024. Ahí surge el plan.

Gagli explica que se ha quedado con una categoría mala en el Challenge Tour, que apenas va a tener oportunidades de jugar y que no empieza la temporada hasta el mes de mayo. Voilà. «¿Y qué te parecería venirte conmigo de caddie en los tres primeros torneos del año del Champions Tour y en el Masters?», planteó Olazábal. «Dónde hay que firmar», dijo Gagli.

Ahí empezó una de las experiencia más bonitas del golfista italiano, profesional con más de 200 torneos en el DP World Tour, una victoria en el Challenge y una relación muy estrecha con sus compañeros españoles. Es uno más de la Armada. «¡Qué semana! Ha sido espectacular, perfecta. Como vivir un sueño», resume Gagli a Ten Golf desde su residencia en Florencia, ya de regreso tras llevar la bolsa de Olazábal en el Masters y vivir de primera mano una de las grandes historias de la semana en Augusta.

Es la primera vez en su carrera que Gagli trabaja como caddie y jamás lo va a olvidar. «No es sólo el hecho de estar por primera vez en Augusta, es poder hacerlo con alguien como Olazábal. Me ha hecho un regalo increíble, estar a su lado ha sido un sueño, algo realmente especial. No tengo palabras para agradecer el regalo que me ha hecho, es algo que no voy a olvidar», asegura emocionado.

Gagli afirma que ha aprendido muchas cosas junto a José Mari en estas cuatro semanas, las tres del Champions y la del Masters, compartiendo rondas, mesa y mantel con algunos de sus ídolos como Ernie Els o Fred Couples. No obstante, la mayor enseñanza que se lleva está clara. «Hay que hacer score con tus propias armas», sentencia. Y lo explica: «hemos hecho en el Masters el mismo resultado que Rahm y Koepka, por ejemplo, y hay otros muy buenos jugadores que no pasaron el corte. Chema pegaba madera 7 de segundo en el 1, madera 5 de segundo en el 5, para no llegar la mayoría de las veces, madera 5 en el 11, madera 7 en el 14, madera 7 en el 17… Tiros donde otros están pegando, en algunas ocasiones, el pitch. Hay que jugar con tus propias armas. Es una lección que me llevo porque yo mismo era de los que me fijaba mucho en lo fuerte que le pegaban otros, que yo tiraba un hierro 7 mientras otros agarraban el pitch. Me afectaba. Me he dado cuenta de que hay que jugar con tus recursos, con tu juego y hacer las menos posibles con lo que tienes», afirma.

Todo en Olazábal es alucinante, pero su juego corto pertenece a otra dimensión. No lo decimos nosotros, lo confirma el propio Gagli. «¡¡Buahhhh….!! Sin palabras. De todo lo que he vivido me quedo con los approachs que he visto de Olazábal en estas cuatro semanas. Os lo juro, sin comentarios. Había golpes que pensaba que no eran posibles. Es un desafío a las leyes de la física. Una cosa es verlo jugar cuando compites con él y otra bien distinta cuando vas en la bolsa. Me dejaba cada vez con los ojos como platos. Había posiciones donde yo pensaba que estábamos muertos y él las dejaba dada. No tengo ni idea de cómo se hace, pero él lo tiene. Es otro mundo. Claro que se puede practicar, pero hay algo sobrenatural que lo distingue del resto», describe.

También alucinó con su final de torneo el domingo muy tocado con el pinzamiento en la espalda. «Después del segundo tiro del 13, desde el bosque, me dijo que se había hecho daño en la espalda, mucho daño. Yo no sé cómo terminó. Tenía mucho dolor, le costaba moverse y hasta le faltaba en ocasiones la respiración. Esos seis últimos hoyos fueron algo alucinante. Lo que ha conseguido esta semana, con la vuelta del viernes con tanto viento, los últimos seis hoyos del domingo… Todo es muy especial», recalca. Ahora, confía en que se recupere bien y pueda jugar las próximas semanas.

Lorenzo vuelve revitalizado de la experiencia con Olazábal, con más ganas si cabe de entrenar y regresar al DP World Tour. «Ha sido una inspiración. Tengo muchas ganas de volver a entrenar y prepararme bien. Creo que este año apenas voy a poder jugar cinco o seis semanas en el Challenge, pero la idea es llegar a punto a la escuela y volver al Circuito Europeo. Estoy convencido de que aún me queda golf dentro para estar algunos años más al máximo nivel», comenta.

De lo que tampoco tiene ninguna duda es de que Olazábal puede volver a ganar torneos, concretamente en el Champions Tour. «Ha jugado los cuatro días del Masters muy bien de tee a green. En los tres primeros torneos del Champions no lo hizo también de tee a green y acabó en el top 15 y top 30. Lo que ha hecho en Augusta le debe dar confianza en su juego. Si mantiene el nivel de tee a green y con su juego corto, no tengo ninguna duda de que volverá a ganar».

Y si vuelve a surgir la oportunidad, Gagli levanta la mano para repetir viaje al Masters con Olazábal. «Si él quiere yo estoy dispuesto», asegura con una amplia sonrisa. «Yo estaría encantado. Al final del año nos sentaremos, a ver qué tengo yo, qué puedo jugar y para mí sería un placer».