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la tercera jornada fue suspendida sin que los últimos partidos hubieran salido al campo

El PGA zozobra en la tormenta y se avecina un pequeño gran caos…

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La tercera ronda del PGA Championship se ha visto suspendida por culpa de una tormenta eléctrica. No ganan para sobresaltos Baltusrol ni tampoco el cuarto major del año, pero en ocasiones los elementos no dejan otra salida que el caos. Un caos dirigido, en este caso, al menos hasta donde es posible: la tercera jornada se reanudará a las siete de la mañana locales (13 horas en la península) y a las 8,40, sin modificar el cuadro de juego de la tercera ronda, arrancará la cuarta y definitiva jornada. No olvidemos que todavía faltan por salir al campo los seis últimos partidos de la tercera vuelta, donde evidentemente se encuentran todos los favoritos… Según vayan acabando los partidos los jugadores deberán irse preparando para volver al campo, aunque se estima que entre el final de la tercera vuelta y el inicio de la cuarta pueden disfrutar de un entretiempo de dos horas, como mínimo. Lo dicho: un caos controlado, pero caos al fin y al cabo.

Es probable que la PGA no haya estado brillante y despierta en sus decisiones, más que nada porque este sábado se podía haber salido a jugar desde hora muy temprana por ambos tees, de tal manera que hubiera dado tiempo a finalizar en su totalidad la tercera jornada, porque la amenaza de la tormenta era más que conocida. Jugaron con las probabilidades que ofrecía el parte meteorológico (entre un 20 y un 30 por ciento de opciones de tormenta) y la apuesta les ha salido rana.

Lucidez, lo que se dice lucidez, no ha sobrado esta semana en la organización. Recordemos ahora aquellos manguerazos sobre los greenes en plena jornada de jueves, que fueron algo más que una nota peculiar o exótica. Y el grave problema es que las previsiones no son tranquilizadoras tampoco a corto plazo, pues en ningún caso desaparece del parte meteorológico del domingo la posibilidad cierta de tormenta eléctrica. En esta tesitura, los rayos y el caos podría llevarnos hasta el lunes… Día en el que también se anuncia inestabilidad eléctrica en el cielo de Nueva Jersey. Como para que le entre a uno la risa floja.

Pero de nada sirve cargar las tintas y, además, la naturaleza (los greenes, los rayos, el agua que jarrea desde el cielo) campa a sus anchas, por más que nos esforcemos en maniatarla. De tanto en tanto no deja de mostrarnos que cuando ella anda por medio dos más dos no son cuatro.

De las tarjetas que sí fueron firmadas destacan sendos resultados de 65 de Kevin Kisner (-5) y Padraig Harrington (-5), que desde luego se han metido en la pelea, aunque  deberán seguir remando sin descanso, porque todavía andan algo lejos de la cabeza. Ellos tiene una ventaja: jugarán la cuarta vuelta frescos como lechugas, mientras que los Streb, Walker, Day, Grillo, Stenson, Kaymer, Reed, Koepka o Fowler llegarán más justitos al momento decisivo, esos nueve o seis últimos hoyos del torneo (el desgaste seguramente tendrá más que ver con la parte emocional que con la física). Sólo 36 jugadores consiguieron terminar y 16 lo hicieron por debajo del par. El Lower course, con tanto ajetreo y tanta agua, se está dejando querer. Digámoslo así: quien juega muy bien, tiene premio.

Rafa Cabrera Bello (+2) fue uno de los que pudo terminar y lo hizo con una esforzada vuelta de 70, al par del campo. Hasta once pares seguidos encadenaba el canario. Cuando recuperó su mejor pulso desde el tee, por los primeros nueve, no fue capaz de dejarse opciones muy claras con los segundos tiros. Y luego, por la segunda mitad del recorrido, volvió a fallar muchas salidas. Queda por ver si el español, que sí se está mostrando paciente, puede poner en orden todas las parcelas del juego en la vuelta definitiva y ganar unos jugosos puestos en la clasificación. Pinche aquí para consultar los resultados.