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PGA Championship 2022

Jon, ahora vas y lo haces

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Estimado lector, tómese esto como un pequeño desafío. Mañana, cuando se levante de la cama, a la hora que le toque, piense en la técnica que realiza su cuerpo para dar cada paso. Piénselo detenidamente. Qué tiene que hacer para andar. Primero mando la orden, después le digo a cada uno de mis músculos que se active, que el cuádriceps levante la pierna, la rodilla se doble ligeramente, el pie hacia adelante… En fin, no les vamos a decir ahora cómo tiene que andar. Pero haga el esfuerzo racional de pensar en cada movimiento que tiene que hacer. Piense en la técnica. Seguramente, se acabará cayendo al suelo o parecerá un robot con un déficit alarmante de tres en uno.

Pues bien, algo así es lo que le ha pasado en los últimos meses a Jon Rahm y su golf. Al menos, esa es la conclusión a la que ha llegado el jugador de Barrika y que nos ha confesado hoy en Southern Hills en las horas previas al PGA Championship. Se centró demasiado en la técnica y se olvidó de su esencia. Simplemente, se olvidó de jugar al golf.

Rahm sitúa perfectamente el instante en que se dio cuenta de este problema. Fue en la última ronda del Masters de Augusta. Sí, la vuelta que compartió con Tiger Woods. No iba bien clasificado en el torneo, no tenía ninguna opción de ganar y decidió tomarse ese día de una manera diferente. «Pensé sólo en disfrutar, en aprender de Tiger, en valorar con quién y dónde estaba jugando y dejé a un lado por completo la técnica. Sólo pensé en jugar al golf y me fue muy bien. Jugué una gran ronda de golf». Hizo 69 golpes, pero más allá del resultado, que fue bueno, lo más importante es lo bien que se sintió.

Al llegar a casa después del Masters y antes de jugar en México, Rahm llegó a la conclusión de que la mejoría que había experimentado el domingo de Augusta fue, precisamente, por no pensar en la técnica. «Esa ronda con Tiger me lo hizo ver claro. Estaba pensando demasiado en la técnica durante las rondas de competición, dándole muchas vueltas al swing. El día de Tiger dije: hoy voy a jugar al golf sin pensar en el swing. Seguí haciéndolo en casa y fui mejorando las sensaciones. Me notaba cada vez mejor y logré hacerlo también en México. En el fondo se trataba de volver a la esencia, a lo que yo soy como jugador», explica.

Rahm tiene ahora la tarea por delante, que no siempre es fácil, de seguir pensando de la misma manera esta semana en el PGA Championship. Está en el número uno de su lista de cosas importantes que debe hacer en Southern Hills. Tiene que jugar al golf sin pensar en la técnica, simplemente visualizar el golpe y ejecutar.

Esta puede ser una de las claves principales para ver a Jon arriba el domingo peleando por la victoria. Él, desde luego, va a poner todo de su parte. Pero volvemos a los pies de su cama, querido lector. La comparación la hacía el propio Jon. «No hay que pensar en la técnica. Es como andar. Si lo piensas mucho seguro que no sale. Simplemente, vas y lo haces. Eso es lo que hay que hacer también en el golf», explica.

Por cierto, además de esta lección, la vuelta de Rahm con Tiger en Augusta le sirvió también al golfista vizcaíno como una inyección de inspiración y motivación. «Desde que lo vi en el gimnasio antes de salir a jugar metiéndose mucha caña para calentar. Es la pasión con la que lo hace todo, con la que juega al golf, su convicción de que puede ganar. Es impresionante. Es la motivación de ver a Tiger ser Tiger, lo que hizo para convertirse en lo que es. Es fabuloso», explica Jon.

Otra cosa, eso sí, es que lo vea como candidato para ganar esta semana. Ahí tiene sus dudas. «Con Tiger nunca te atreves a decir que no, pero no es un campo que parece que le vaya mucho, es muy largo, no es fácil de andar, le va a costar… Pero claro, Tiger es Tiger. Quién habría dicho que Jack Nicklaus iba a ganar el Masters de 1986 y lo hizo. Como esté ahí arriba el domingo, cuidado…».