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Ras de hierba del primer día de prácticas del PGA Championship 2023

Koepka, allá, en aquella esquina, muy cerca de la gente…

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Aficionados esperan para recoger autógrafos en la previa del PGA Championship.
Aficionados esperan para recoger autógrafos en la previa del PGA Championship. (Photo by Darren Carroll/PGA of America)

– Es un niño el que nos pone sobre la pista. Viene corriendo y le dice a su padre que ahí arriba está Brooks Koepka dando bolas, muy cerca de la gente… Y que apenas hay gente. ¿Seguro? ¿No será una treta del chaval para prolongar un rato más la estancia en Oak Hill, cuando ya son las cinco de la tarde y va siendo hora de largarse? Pero decía la verdad y nada más que la verdad. Ahí arriba, coronando un montículo, Koepka practica junto a su equipo de trabajo y las cuerdas que lo separan del público apenas están a tres o cuatro metros del jugador… 

Y en efecto, apenas hay gente. Un lujo para cualquier cazador de momentos especiales: si uno afinaba el oído no era tan difícil escuchar lo que el jugador de Florida comentaba. 

El asunto tiene que ver con el hecho de que en Oak Hill, esta semana, la calle de prácticas no existe como tal. O más bien, está partida en varios tramos que miran hacia diferentes fairways del West course, de tal manera que en alguno de esos tramos realmente la cuerda que separa a los jugadores de los aficionados está muy, muy cerca. Especialmente en aquella esquina casi escondida. Toda una gentileza de la organización, por otra parte, que cuenta con la posibilidad de que un tipo de la talla de Koepka decida instalar su campamento de trabajo en aquel lugar y que un chaval se dé cuenta…

– Si los echa a pelear, a Adri Arnaus le gustó todavía más el campo de Southern Hills, el del PGA del año pasado, que Oak Hill. Aunque ahí, ahí andan. De entrada, al catalán le ponen los campos exigentes y el East course lo es, vaya si lo es. De hecho, Arnaus considera que este año el jugador todavía tiene menos momentos de respiro, comparándolo con el recorrido de Tulsa. Adri ha jugado hoy los nueve segundos del East course y se ha dejado para mañana, martes, la sesión larga de la semana, puesto que va a salir a jugar muy prontito (a las 7,30 espera estar jugando ya) los 18 hoyos del campo. 

Adrián Otaegui, que el domingo estaba todavía disputando la cuarta ronda del Soudal Open en Bélgica, no tenía muy claro si hoy saldría a jugar el campo, pero finalmente sí lo ha hecho (los nueve primeros). Ello ha podido ser, desde luego, gracias al chárter que montó precisamente la intendencia del Soudal Open y que salía ayer por la tarde de Bruselas. Todo un detalle.

– Es curioso. Sigue siendo una blasfemia hablar, pensar siquiera en la posibilidad de que alguien (Jon Rahm, vaya) puede de verdad asaltar el Grand Slam, la victoria en los cuatro majors un mismo año. Un medio reputado como Golf Digest así lo admite, aunque reconociendo que si en algún momento puede ponerse el tema sobre la mesa, quizá sea con el de Barrika por medio. La verdad es que si uno lo piensa bien, con tres majors por delante para completar la gesta, realmente es ridículo considerar la posibilidad. Esperemos al menos a ver qué pasa esta semana. Entre tanto, quede claro que a Jon ni le va ni le viene la cuestión. No le presiona lo más mínimo. Y hasta le divierte que podamos perder un minuto de nuestro tiempo considerando las posibilidades…

Pablo Larrazábal desembarcará mañana en Rochester y su plan sigue siendo el de jugar nueve hoyitos el martes y otros nueve el miércoles. Eso sí, ya lleva algo de trabajo adelantado, puesto que Raúl Quirós, su caddie, ya se ha pateado hoy el East course de cabo a rabo. A ver si entre los dos consiguen pasar un buena semana, disfrutar la experiencia los cuatro días, que es precisamente lo que casi nunca ha logrado Pablo cada vez que ha jugado un Grande.