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Crónica de la vuelta de Rahm en la primera jornada del PGA Championship

Jon se pega una costalada de época… Pero se levanta y se sacude el polvo

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Jon Rahm en el hoyo 14 de Oak Hill durante la primera jornada del PGA Championship 2023. © Golffile | Eoin Clarke
Jon Rahm en el hoyo 14 de Oak Hill durante la primera jornada del PGA Championship 2023. © Golffile | Eoin Clarke

¿Cómo explicar el resultado de Jon Rahm (+6) en esta primera jornada del PGA Championship, que lo deja tan descolgado y, salvo prodigiosa remontada, sin opciones de triunfo? Se hace imposible encontrar razones lógicas a este registro de 76 golpes. Sobre todo, aunque ahora suene a broma pesada, porque su vuelta iba muy bien encaminada. El vasco arrancaba por el hoyo 10 cogiendo calles, cazando greenes o recuperando con limpieza cuando tenía que hacerlo (en el hoyo 11, por ejemplo). Se dejaba una buena opción en el 12, otra más delicada en el 13, una muy buena en el 14… A continuación, firmaba un par de trámite en el 15 y, en definitiva, completaba el primer tercio de la primera vuelta de un Grande como cualquiera de los grandes favoritos hubiera firmado de antemano hacerlo. Sin embargo, desde ese punto, cuando en realidad todo parecía bajo control, Jon perdía el hilo.

Estas cosas no suelen suceder de repente, pero la caída era más bien abrupta, desde luego. Porque el español fallaba la calle del 16 y el asunto terminaba en bogey; exactamente lo mismo que en el 17 y el 18. La hemorragia se disparaba y Jon no encontraba la manera de poner los parches. No metía un solo putt para salvar pares, ni siquiera el de metro y medio que tuvo en el hoyo 3, pero es que tampoco era capaz de descontar en el 4, par 5, donde disponía de un putt de un metro para birdie, y eso después de haber fallado también la salida por la derecha.

Jon mantenía la serenidad como buenamente podía, pero no había manera de achicar el agua, que ya entraba por diferentes vías. Había comenzado a fallar desde el tee, y el rough del East course de Oak Hill penaliza mucho en estas circunstancias, pero es que también le estaban cayendo ya los bogeys desde el centro de la calle, como en los hoyos 2 y 6…

“No ha sido mi mejor día, pero con todo, si hubiese metido esos tres putt cortos, acabo +3 y se ve la cosa de otra manera”, explicaba el jugador a Tengolf nada más terminar la ronda. Se refería al que tiraba en el 4, para birdie, desde un metro, al del hoyo 3, para salvar el par, desde metro y medio, y al del hoyo 7, para salvar el bogey, desde poco más de un metro…

En el 7, el acabose. Le caía al de Barrika un doble bogey, después de fallar la calle de nuevo. Sin embargo, lo que para la mayoría es una capitulación en toda regla, una bandera blanca al viento, para este tipo no lo es. Le quedaban los hoyos 8 y 9… En el 8 sacaba el birdie, de entrada. Y en el 9, salvaba al fin un par desde una situación muy comprometida (de nuevo había fallado la calle y por el lado malo). No es que este final le arreglara mucho el asunto, pero al menos le ayudaba a mirar la situación con la cabeza un poco más fría y a ir pergeñando ya un plan B de urgencia, una remontada épica. Todo, menos rendirse.

Arrancábamos esta crónica dando por hecho que las opciones de victoria del Número Uno del mundo se han volatilizado a las primeras de cambio. Jon, sin embargo, todavía era capaz de hacer algunas cuentas concretas justo después de firmar esta negra tarjeta. Cabía la posibilidad real de encontrarse con un Rahmbo deshecho, muy tocado y con la cabeza baja, o puede que incluso muy enfadado. Sin embargo, el jugador vasco se mostraba especialmente sereno. “Queda mucho y esto se va a ir poniendo cada vez más duro. Si consigo terminar el sábado en el PAR del campo todavía podré tener opciones de cara al domingo”. Palabra de Número Uno.

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