Jon Rahm y Scottie Scheffler vivirán esta semana en Oak Hill su enésima batalla por el Número Uno del mundo. Las cuentas del golfista español no son muy complicadas. Scheffler es el único que le puede arrebatar el trono mundial en este PGA Championship y no le quedará más remedio que jugar muy bien para hacerlo.
El peor resultado que le vale a Scheffler para tener la oportunidad de desbancar a Rahm es cuarto en solitario. Si el jugador de Texas finaliza cuarto empatado con un solo jugador, Jon mantendrá el Número Uno haga lo que haga esta semana, aunque falle el corte el viernes. Por otro lado, si Scheffler gana el PGA Championship ascenderá al primer puesto haga lo que haga Rahm.
Así las cosas, las cuentas por el Número Uno del mundo son las siguientes:
– Si Scheffler gana será Número Uno con independencia de lo que haga Rahm. No le valdría ni siquiera ser segundo en solitario.
– Si Scheffler queda segundo en solitario, Jon tendría que acabar como mínimo cuarto en solitario para mantener la primera plaza.
– Si Scheffler queda tercero en solitario, Jon tendría que acabar como mínimo duodécimo en solitario para mantener la primera plaza.
– Si Scheffler acaba cuarto en solitario, Jon tendría que acabar como mínimo 48º empatado con uno para mantener la primera plaza.
A Scheffler también le valdría quedar segundo empatado hasta con siete jugadores o tercero empatado con un máximo de otros tres golfistas. Aquí las combinación son múltiples, pero a grandes rasgos lo más importante es que si Jon, por ejemplo, acaba en el top 10, obligará a Scheffler a terminar primero o segundo para ser Número Uno del mundo. O lo que es lo mismo, Scottie necesita un gran PGA Championship para destronar a Jon.
En este sentido, Scheffler admitió este martes en Oak Hill que la rivalidad con Rahm le supone una motivación extra. «Mi objetivo es jugar bien y hay varias cosas que pueden motivarme. Yo no diría que Jon no me motiva. Creo que cada vez que ves a alguien jugando muy bien al golf, quieres hacer lo mismo. Así que ya sea Jason Day ganándome la semana pasada en la recta final del torneo o Jon dándome una paliza en un par de torneos este año, siempre es motivador. Así que, sí, diría que seguro que me motiva».
Una nueva batalla está servida.
