Adri Arnaus (+2) y Pablo Larrazábal (+3) no han tenido la puesta en escena deseada en la primera jornada del The Open Championship. Han jugado cuando las condiciones estaban mejor y no han sabido sacarle partido. Cada uno por una razón diferente.
Arnaus ha estado muy sólido desde el tee, pero le ha faltado más precisión con los hierros. Las banderas estaban muy esquinadas y había que comprometerse mucho con cada golpe para dejarse buenas opciones de birdie. El golfista de Moià ha jugado bien, pero no ha conseguido generar muchas oportunidades claras de birdie y tampoco ha terminado de estar definitivo en las que ha tenido.
Se marcha de la primera jornada con un solo birdie en su mochila y la sensación de que podían haber caído unos cuantos más. Le ha dolido especialmente no sacar nada positivo del 14, par 5, teniendo un hierro 8 de dos en las manos, y en el 18, poniendo la bola al pie de green de uno con el hierro 2.
Mientras, Larrazábal ha tardado mucho en encender la vuelta. Otro Grande que se le atraganta desde el principio. Ahora toca remar. Ha contado que no termina de estar cómodo con el putter desde que ganó en Sudáfrica. Asegura el barcelonés que el palo se dobló durante la celebración y no ha conseguido tener las mismas sensaciones, a pesar que desde entonces ha ganado un torneo (ISPS Handa Championship in Spain), ha quedado quinto en Alemania y quinto también en Qatar.
Pablo ha hecho cuatro bogeys, un doble bogey y tres birdies. Lo mejor es que las sensaciones han sido mejores al final que al principio. De hecho, marchaba +4 en los primeros 13 hoyos y ha conseguido un parcial de uno bajo par en los cinco últimos.
Tanto Larrazábal como Arnaus tendrán que remar el viernes para superar el corte. En el momento de escribir esta crónica el corte estaba en el par.
