Inicio The Open Championship The Open Championship 2022 Jon se pierde en la inmensidad y exigencia de los greenes del...
The Open Championship | Primera jornada

Jon se pierde en la inmensidad y exigencia de los greenes del Old Course

Compartir
Jon Rahm durante la primera jornada del The Open Championship 2022. © Golffile | Malcolm Mackenzie
Jon Rahm. © Golffile | Malcolm Mackenzie

Jon Rahm (+1) se ha quedado prácticamente fuera de juego después de la primera jornada del Open Championship, tras firmar una tarjeta de 73 golpes que le ha llevado a nueve golpes de la cabeza. En esta ocasión, el análisis de este pobre resultado brota limpio y claro: el jugador español se ha dejado sus opciones en los greenes del Old Course. No hay otra posible lectura, puesto que su juego de tee a green ha estado a la altura de las circunstancias, fiable y sólido, quitando algunos errores puntuales que siempre llegan en cualquier ronda.

Es verdad que los greenes del legendario recorrido de St.Andrews no son un prodigio de lo que hoy entendemos por nobleza. Pero es que nunca lo han sido, como es norma casi habitual en los links vetustos y maravillosos del Reino Unido e Irlanda. Lo que no es obstáculo insalvable para que estos jugones, según el día, sean capaces de enchufar desde todas las esquinas. O desde casi todas, tampoco exageremos. El líder, Cameron Young (-8), por ejemplo, ha jugado de dulce y se ha hartado de cazar greenes en regulación, pero resulta que al mismo tiempo ha sido capaz de embocar dos putts de más de siete metros y otros ocho putts desde distancias que iban del metro y medio a los tres metros, bien fuera para hacer birdies, bien para salvar delicados pares. Así, se ve la vida y el golf de otro modo.

El de Barrika ha sumado hoy dos birdies, en ambas ocasiones después de pegar sendos tirazos (hoyos 3 y 6) y pateando desde un metro largo de distancia. Más allá de estas dos ocasiones puntuales, no ha metido nada más. La puntilla la recibía el español en el 18, donde erraba un último putt de birdie de metro y medio. Antes tampoco había enchufado uno pintiparado de birdie en el 12, desde un metro; uno más desde dos metros en el 9; otro para salvar el par en el 15 desde menos de un metro…

Ni entraban los cortos, ni tampoco Jon era capaz de darse un alivio con algún bonus extra que pudiera relanzar la vuelta. Nada. Ni los cortos, ni los medios, ni los largos. Y así es sencillamente imposible dar la réplica adecuada en ningún torneo de golf de alto nivel, mucho menos en un Grande.

El ejemplo más claro, por quedarnos en los nombres de peso, lo tenemos en Scottie Scheffler (-4) o Dustin Johnson (-4). Ambos han firmado un notable registro de 68 golpes y, si examinamos con lupa sus respectivas vueltas, en realidad no han sido mejores que el vasco de tee a green, pero los dos se han dado varios homenajes en los greenes. Veamos. D. J. ha embocado cuatro putts de tres metros o más distancia, entre los que incluimos dos que rondaban los cinco metros de distancia; y Scheffler ha metido cuatro putts de más de tres metros; uno de ellos desde una distancia aproximada de 16 metros…

Existe un precedente cercano que todavía entreabre una rendija por la que se cuela un rayo de luz. El año pasado, Jon arrancaba el Open en Royal St. Georges también con un acumulado de +1 después de la primera ronda, igual que en esta ocasión, que lo llevaba al puesto 74º, a siete golpes del líder (hoy marcha en el 78º, a nueve de la cabeza). En fin, recordemos que hace doce meses terminaba en tercera posición.

En el Siglo XXI nadie ha remontado en este torneo tal desventaja después de la primera ronda para llevarse la Jarra de Clarete el domingo. El precedente más cercano, más o menos parecido, sería el de Mark O’Meara en la edición de 1998, cuando arrancaba a siete golpes de la cabeza y en el puesto 62º. Pero incluso la situación del estadounidense era mejor. Dicho mal y pronto: Rahm ya no va a ganar este Open, le pese a quien le pese. Otra cosa es que todavía pueda venir desde atrás y cumplir otros objetivos. Para ello, obviamente, necesita seguir jugando al menos al mismo nivel que este jueves, y sobre todo dar un giro de 180 grados en los greenes del Old Course.

Al final de la vuelta Jon se marchaba cabizbajo y frustrado, sin ni siquiera hablar con los medios, consciente de que su juego había estado dramáticamente muy por encima del resultado. Ahora le toca ir paso a paso y mañana le toca luchar, en primer lugar, por meterse en el fin de semana. A partir de ahí, veremos.

Resultados en directo del The Open Championship