Tiger Woods (+6) ha firmado un resultado de 78 golpes en la primera jornada del The Open Championship. Está contra las cuerdas. Necesitará este viernes una proeza para superar el corte. «Es mi responsabilidad y tengo que hacerlo. Creo que voy a tener que hacer como mínimo 66 golpes. Eso es lo que voy a intentar», aseguraba el campeón de 15 Grandes nada más terminar una ronda que le dejó con un regusto muy amargo.
Es la segunda tarjeta más alta de Woods en su larga y exitosa carrera en el Open, sólo superada por el 81 que hizo el tercer día de Carnoustie en 2002. Además, ha igualado su peor resultado en el Old Course (también hizo 78 golpes en la última jornada de su debut aquí en 1995, aún como amateur) y también ha igualado su peor arranque en el British. El año pasado comenzó igualmente con 78 golpes.
El resultado es muy malo, aunque Tiger se queda con las sensaciones. «Creo que no he podido hacer un golpe más. Es lo que pasa en los links. A veces todo te sucede al revés, especialmente en el Old Course cuando está tan duro. Tiene mucho movimiento y puedes temer o mucha suerte o muy mala. A mí hoy no me ha ido muy bien. Creo que le he pegado bien a la bola», afirmaba.
Realmente, el talón de Aquiles de Woods en su estreno en St Andrews ha sido el putt. No ha sido capaz de coger la velocidad a los greenes. El problema es que no se cree lo que ve. «Parecen más rápidos, veo hasta más rápidas las calles. Los greenes están muy firmes y lentos, y creo que esa combinación, cuanto menos, es curiosa. Me he quedado corto demasiadas veces», sentencia.
Tiger tendrá que jugar muy bien este viernes y estar muy acertado en los greenes para superar el corte. Lo que nadie duda ahora mismo es que se va a dejar la piel. La mejor noticia de la vuelta de Woods en el Old Course es que se le ha visto físicamente mucho mejor. «Sin duda, he estado mucho mejor que en el Masters o en el PGA Championship. No ha ayudado las más de seis horas que ha durado la vuelta, pero he terminad mejor», remataba.
