Jon Rahm lo tiene claro. La mística del Open en St Andrews es muy especial, es algo único. No se cansa de repetirlo. «Ganar un Open en St Andrews es lo máximo en la carrera de un golfista, es el mayor honor posible». De acuerdo, pero eso no significa que se haga trampas al solitario.
Cuando se le plantea la cuestión desde otro ángulo, no duda, no pestañea. ¿Qué preferirías, ganar un Open en St Andrews o cinco y que ninguno sea en St Andrews? La respuesta es rotunda. «Cinco, hombre, cinco. Ninguna duda», confiesa incluso con cierto estupor. Perfecto, se entiende, ¿y si lo dejamos en dos fuera de St Andrews o uno aquí? Hay alguna duda más en su respuesta, pero reacciona rápido: «siempre más, siempre te voy a responder más». Se queda con dos.
El asunto es que Jon tiene muchísima hambre. Ya tiene un Grande, un US Open, pero no le vale. Quiere mucho más y sabe que este Open vale quizá un poco más que los demás. No el doble, pero sí un poco más. «Sé que Jack o Tiger dice que la carrera de un jugador no está completa hasta que ganas el Open en el Old Course, pero claro, lo dicen ellos que ya lo han hecho. Me parece un poco exagerado, pero lo entiendo. No creo que Tom Watson, por ejemplo, que ganó cinco y ninguno en el Old Course, haya tenido una mala historia en el Open…», reflexiona.
Volvemos al hambre. Jon sabe, le llega, lo escucha y lo ve que hay comentarios respecto a su temporada que vienen a decir que no está siendo la mejor. Él también lo sabe, aunque se defiende como gato panza arriba. Jon las pelea todas en el campo y fuera de él. Puede decirlo él, pero que vengan otros de fuera ya no le hace tanta gracia. «Me siguen diciendo que es una temporada mala, sí, malísima, seis top 10 y una victoria… Es terrible. Lo llevo mal», asegura con una sorna divertida.
En cualquier caso, aún puede darle un giro y mejorar este año y está en ello. «Más presión que me meto yo no me vais a meter. Lo que queréis vosotros lo quiero yo y trabajo para ello. Nadie ha dicho que esto sea fácil. Hoy en día cualquiera puede tener un año como el de Scottie, pasa cada año, Jordan Spieth, Justin Thomas, Dustin Johnson, Brooks Koepka, Rory McIlroy… A ver si me sale a mí un año en el que gano cuatro o cinco veces y meto un par de Grandes», asegura. Y sí, se lo podemos asegura, lo dice sin inmutarse. Seis victorias en un año con dos Grandes entre ellas. Jon sabe que puede hacerlo y escucharlo de su boca ilusiona y emociona. Esa es su convicción. Lo que le separa del resto de los mortales.
En este sentido, Rahm está seguro de que aún hay tiempo para darle una vuelta a esta temporada. Estamos de acuerdo en que no es ningún desastre, pero seguro que Jon esperaba más. Nadie espera más que él. «Estoy jugando bien y puede pasar en cualquier momento. Cuando llegamos el año pasado a este punto del año jugué muy bien. No metía ningún putt hasta el Memorial y después cambió. Ahora estoy jugando bien, así que no me preocupa», afirma.
