Hay que ver lo que está sufriendo Jon Rahm (+2) esta semana en el Open Championship, sobre todo con los hierros en la mano, particularmente en esta segunda ronda.
Seamos rotundos y francos: el jugador español ha firmado hoy un 70 milagroso, jugando tan incómodo y en unas condiciones ventosas que por momentos eran algo más que picantes. En fin, esa es la otra miga que encontramos en un competidor de su talla: ganar, lo que se dice ganar, ya no va a ganar el Open, pero gracias a este 70 ha pasado el corte, su decimoséptimo corte seguido en un Grande, desde el PGA de 2019, el último que falló, así que mantiene la mejor racha en curso en este sentido.
Habrá quien valore más este dato y quien lo haga menos, pero sirva la comparación con los mejores jugadores de la historia del golf español para, quizá, situar el logro en la perspectiva adecuada: la mejor racha de Severiano Ballesteros de cortes pasados seguidos en Grandes fue de diez, misma cifra que alcanzó Sergio García; José María Olazábal se quedaba en nueve y Miguel Ángel Jiménez en siete… Pues eso, que el angelito lleva ya diecisiete.
La cuestión es que Jon ha estado más que notable desde el tee, se ha metido en muy poquitos problemas con los tiros de salida. Pero después es muy complicado hacer resultado cuando el segundo disparo rara vez acaba donde uno pretende, a veces ni siquiera cerca. El de Barrika se ha mantenido dentro de la pelea gracias fundamentalmente a un putt quirúrgico. Hasta cinco putts ha enchufado desde distancias que iban del metro y medio a los tres metros, y eso en condiciones ventosas, que siempre complican mucho las cosas en los expuestos greenes de un links. Seamos francos de nuevo: la vuelta de Jon Rahm de hoy, vista en su conjunto, bien podía haberse ido a los 73 o 74 golpes…
Cuesta imaginar que el vasco pueda darle la vuelta a la tortilla de un día para otro. Y ni siquiera estamos hablando del resultado puro y duro, sino más bien de la confianza en su juego. Sin embargo, él se ha dado la oportunidad de seguirlo intentando, y no es cuestión menor. Dejemos que nos sorprenda, como en el pasado US Open, donde terminaba alcanzando un meritorio décimo puesto.
Que sí, que sí, que estos grandes jugadores no tienen la mira puesta en un objetivo tan vulgar como el de pasar el corte en un Grande, pero esta misma semana, durante una de las vueltas de práctica que Jon Rahm y Phil Mickelson han jugado juntos en Royal Liverpool, el gran campeón californiano le recordaba muy ufano a su joven amigo que él había sumado ya en su carrera la impresionante cifra de cien cortes (en efecto, Phil llevaba antes de este Open cien cortes pasados en 120 majors disputados, aunque esta semana no haya podido llegar el 101). Resulta que sí, que al final este tipo de récords también tienen su lugar en el corazoncito de los ‘killers’.
