Inicio The Open Championship The Open Championship 2023 El tormento de Scheffler esta temporada con el putter no tiene fin
Es el 139º en el PGA Tour con este palo y en el Open corroboró su escaso tino

El tormento de Scheffler esta temporada con el putter no tiene fin

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Scottie Scheffler
Scottie Scheffler. © Golffile | Pedro Salado

La descomunal racha se fue al traste en The Open. Los resultados de Scottie Scheffler daban miedo esta temporada (y la pasada) por su regularidad y consistencia. Siempre arriba. Tan atinado está que en 2023 había terminado en el top 15 en los 16 torneos que jugó… hasta Hoylake, donde finalizó vigésimo tercero gracias a firmar la mejor tarjeta el domingo. Ganó el Phoenix Open y THE PLAYERS. Domina el ranking mundial por delante de sus dos colegas del Big Three, Rory McIlroy y Jon Rahm, con 45 semanas al frente, a dos del undécimo en este ranking, Brooks Koepka, que será una el próximo lunes al no variar las ocho primeras posiciones. El año del texano de adopción puede catalogarse de espléndido, pese a no haber rascado su segundo Major. Pero…

Exacto, hay un pero que va más allá de los Grandes porque el problema, aunque el texano de adopción lo negara la semana pasada en Royal Liverpool, existe: el putter. ¿Cuántos torneos podría haberse llevado Scheffler si acertara en los greenes? Ni se sabe. Es verdad que no se puede ser el mejor en todo, pero llama poderosamente la atención su endeblez en esta parcela del juego, sobre todo en el año en curso.

Las estadísticas del PGA Tour no engañan y el ganador del Masters en 2022 demuestra su fortaleza en la media de golpes por ronda (1º con 68,531), en el promedio de golpes ganados en los approachs (1º con 1,304), en el porcentaje de greenes en regulación (1º con el 74,05%), con la media de birdies por ronda (3º con 4,43 tras Rahm y Cantlay)… y en cambio ocupa el puesto 139 en la media de golpes ganados con el putter: Scottie pierde 0,192 golpes respecto al promedio del PGA Tour. Lo dicho, hay un problema en los greenes y ninguno con el juego largo, donde la cosa va como la seda.

Es decir, el putt está siendo una odisea para Scheffler por más que culpe a los medios de comunicación de insistir en algo que no es real. Tan cierto es que en Royal Liverpool mantuvo la tendencia de toda la temporada en el PGA Tour. El Número Uno del planeta iba antepenúltimo en putts de 156 jugadores al llegar al ecuador del reciente Open y terminó penúltimo en esta estadística después de las cuatro rondas reglamentarias, sólo por delante de Abraham Ancer.

Scheffler, de vacaciones ahora en Marbella, necesitó 34 putts en la primera vuelta en Hoylake, 33 en la segunda, 32 en la tercera y bajó a 27 en la cuarta, con un promedio de 31,5 por vuelta, casi cinco más de media por jornada respecto al mejor en este rango los cuatro días, Jason Day (26,75), y perdió 4,5 golpes diarios de promedio en los greenes frente al ganador, Brian Harman (27), y más de tres en la comparativa con Jon Rahm (28,25). Así que no hay lugar a la duda: con el putter afinado combinado con su excelso juego largo, Scottie habría ganado unas cuantas veces más esta temporada. «Estoy entusiasmado con las cosas en las que estoy trabajando en este momento y muy pronto muchos de esos buenos putts comenzarán a caer en el hoyo en lugar de esquivarlo por el costado», afirmó en el Open, admitiendo, por tanto, que ese palo anda atascado y necesita un arreglo.