Jon Rahm descubrió hace ya un tiempo que a él no le van las agotadoras sesiones de prácticas en la semana de los Grandes. Lo aprendió concretamente en el Masters de Augusta de 2018. Llegó el sábado previo, con la ilusión de un niño, dispuesto a beberse cada rincón del mítico campo de Bobby Jones y conocer casi cada brizna de hierba. Era su segundo Masters y estaba convencido de que cuanto más supiera del campo, más recursos iba a tener para hacerle resultado.
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Sin embargo, aquella apuesta no le salió bien. Empleó tantas energías en los días anteriores al torneo que después las echó en falta en la competición, a la hora de la verdad. Fue entonces cuando descubrió que debía encontrar un equilibrio entre conocer bien el campo, tarea para la que no hay nadie mejor que su caddie, Adam Hayes, y llegar con las pilas a tope al torneo. Suficiente desgaste produce un Grande como para afrontarlo sin las reservas repletas.
Por este motivo, a nadie debe sorprender que Jon Rahm aún no haya jugado Winged Foot esta semana. Forma parte de su estrategia, de su guión pre-Grande establecido. Jugará este martes por la tarde nueve hoyos y otros nueve mañana miércoles. El objetivo es llegar al tee del 1 el jueves con hambre. Eso sí, ayer lunes ya estuvo en el campo y se metió entre pecho y espalda una buena sesión de trabajo en el campo de prácticas, con el trackman, y después pasó mucho tiempo en el putting green y aprochando. Una cosa no quita la otra.
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Sobre la estrategia que llevará esta semana en Winged Foot, Rahm se mostró prudente y citó a Mike Tyson. «Siempre me acuerdo de una frase que decía él. Todo llevamos un plan perfectamente diseñado a los combates de boxeo. Un plan milimétrico que salta por los aires en cuanto recibimos el primer puñetazo… Aquí ocurre lo mismo. El campo y tu swing te va poniendo en tu sitio. Saldremos con una idea clara de lo que queremos hacer, pero después iremos haciendo aquello con lo que estemos más cómodos», explicó.
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Rahm, como todos, tiene claro que lo más importante esta semana es estar en la calle. Por este motivo, no duda en asegurar que «si en algún momento tengo que pegar la madera 3 desde el tee para estar en calle, lo haré aunque después tenga un hierro más largo a green». Eso sí, dependerá de sus sensaciones. «Yo suelo pegar muy bien desde el tee con el driver. Si esta semana me encuentro cómodo con ese palo, lo voy a utilizar seguro. Hay varios hoyos como el 5, 8, 16, 17 que son pares 4 de más de 500 yardas donde no hay otra opción que coger el drive y después te queda un hierro 4 a green», apunta.
Realmente, la decisión final de Rahm va a depender del dibujo del hoyo y de lo cómodo que se sienta con el driver desde el tee. La mayoría de las salidas en Winged Foot son ‘dog leg’ de derecha a izquierda, es decir, para pegar ‘draw’, un efecto que no es precisamente con el que más cómodo se siente Jon. El de Barrika prefiere pegar al ‘fade’, de izquierda a derecha. De este modo, en aquellos hoyos donde no termine de ver el golpe al ‘draw’ y apueste por el fade no descarta utilizar la madera 3. Hay que tener en cuenta que una de las características de las calles de Winged Foot es que están muy duras y rápidas y cortadas con el pelo a favor. Esto significa que pegando el drive desde el tee con ‘fade’ en un hoyo que gira de derecha a izquierda, hay muchas posibilidades de cruzarse la calle y acabar en el rough. Hay que acertar muy bien con la línea y estar realmente cómodo. A Jon, de hecho, le ha puesto sobre aviso Dustin Johnson, otro jugador que se maneja mejor al ‘fade’. «Me ha dicho que es muy fácil cruzarse la calle y acabar en el rough, así que lo iremos viendo sobre la marcha».
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Hablando de la estrategia desde el tee, Jon recordó que en el Memorial utilizó mucha madera 3 y hierro desde el tee y en el Olympia Fields apostó por el driver. Logró el triunfo las dos semanas. «Muirfield no es un campo tan exigente desde el tee y sin pegar el driver puedes tener hierros cortos. En el BMW, sin embargo, era más duro y para poder tener opciones de birdie era fundamental pegar drive. Además, esa semana me encontró muy cómodo con ese palo. Winged Foot es el más difícil de los tres campos, Olympia el segundo, y tendré que decidir qué hago esta semana».
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Sea como fuere, Jon tiene muy claro que la cabeza en el US Open juega un papel fundamental. En este aspecto, llega bien preparado. «Si de algo me han servido el Memorial y el BMW Championship es para darme cuenta de que puedo ganar en este tipo de escenarios. Antes no tenía tan claro que los campos tan duros me fueran bien, pero desde este verano ha cambiado. Sé que puedo hacerlo», asegura. Con este bagaje será más fácil sacar adelante un mantra que él considera básico esta semana para ganar el US Open: «lo conseguirá quien pueda soportar más y hasta el final. Así de simple».
Por último, en cuanto a la descripción del campo, no puede pasar por alto los greenes. «Son muy difíciles. Los únicos greenes que me he encontrado en mi carrera parecidos son los de Oakmont, aunque diría que estos de Winged Foot son más justos. Algunos de Oakmont son una auténtica locura, como el 1 y el 2. Winged Foot es largo, tiene rough y los greenes muy difíciles, pero más allá de eso, es un campo justo, lo tienes todo delante, a la vista, no hay truco. Si pegas buenos golpes, te puedes dejar opciones de birdie», asegura.
