Alejandro del Rey llegó a Los Ángeles el viernes de la semana pasada y el sábado jugó sus primeros 18 hoyos de entrenamiento en un major. Su debut. Su primera toma de contacto con el North course de Los Angeles Country Club. Su compañero de viaje para este día tan especial fue Nico Darras. ¿Una casualidad? ¿Un jugador desconocido llegado al US Open por alguna previa? ¿Quizá un amateur? Nada de eso. Darras es un miembro del equipo de trabajo de Del Rey desde hace prácticamente un año.
La elección de Darras tiene todo el sentido del mundo. Es un experto en rendimiento. Es la persona encargada de planificar el trabajo del jugador para sacar el máximo partido a su juego. Es lo que se conoce en el deporte como performance coach. Ayuda a elaborar la estrategia en el campo, pero sobre todo organiza las tareas y maximiza los esfuerzos. Está a medio camino entre los instructores técnicos y los psicólogos. Su objetivo es exprimir el caudal golfístico de un jugador.
Del Rey lleva un año trabajando con él y está muy contento. Lo cierto es que no le ha ido nada mal a su lado. Ganó en el Challenge Tour, se sacó la tarjeta del Circuito Europeo a través de la Escuela, está firmando una temporada notable en la primera división y ahora se ha clasificado para jugar su primer Grande. Por todo ello, Del Rey lo quería a su lado en su estreno en el US Open. Era la persona perfecta para organizar el resto de la semana y saber dónde hacer más hincapié y por qué.
La historia de Darras es curiosa. Fue un brillante jugador de béisbol en la universidad, compitió con Connecticut, destacó de manera sobresaliente y estaba llamado a entrar en la Major League. Un mes antes del draft se lesionó el hombro y su carrera se acabó. Fue en 2016. Tenía 22 años. Justo ahí comenzó a jugar al golf y en apenas dos años llegó a ser jugador scratch. Llegó a participar en algunos mini-tour, aunque sin mucho éxito.
Durante este camino conoció a Kevin Moore, un matemático experto en estadística aplicada al deporte. Pusieron sus conocimientos en común y formaron una empresa llamada Golf Blueprint que se dedica a elevar el rendimiento de los deportistas. Trabajan con profesionales y amateurs. Todo tipo de hándicaps. «En tres meses conseguimos bajar el hándicap del jugador de media 2,7 puntos», asegura como carta de presentación. Además, es un experto en estudios de género y sexualidad. Es lo que cursó en la universidad.
Del Rey está en el US Open con todo su equipo. En la parte técnica es Dave Phillips, el mismo entrenador que tiene Jon Rahm, quien le revisa el swing y además está acompañado por sus padres, su tío y las personas más cercanas que han estado con él siempre a las duras y a las maduras. Muy bien rodeado para sacar el máximo de esta primera experiencia en un major. Alex es un jugador ambicioso y jamás renunciará a nada de partida, pero tiene muy claro que el principal objetivo de esta semana es aprender.
