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«Queremos ser los número uno del mundo del golf en casa»

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Teo Arnaldos y Fran García, los 'padres' de Gravit. © María Jesús Peñas

La bulliciosa y creativa mente de un joven de Valencia y la experiencia, empatía y arrojo de un consolidado empresario murciano unieron sus fuerzas para lanzar uno de los proyectos más ambiciosos e interesantes de la industria del golf en España en los últimos años.

La historia del nacimiento de Gravit, una virguería de la ingeniería que permite patear hacia un objetivo sin necesidad de tener un hoyo y con idéntica sensación de embocar, es casi tan apasionante como el propio éxito del producto en sus primeros meses de vida. Se ha convertido en el gran aliado de los golfistas durante este confinamiento obligado por el coronavirus. No sólo es un elemento indispensable de entrenamiento, sino que también se ha revelado como un entretenimiento de primero orden en estos días difíciles.

Gravit: la revolución del golf durante el confinamiento

Teo Arnaldos y Fran García son los responsables de esta revolución del golf en casa. Ten Golf ha querido saber algo más de ellos y nos han contado algunos de sus secretos. «La motivación, la ilusión y el orgullo de poner en el mercado un producto cien por cien español es enorme», aseguran los dos al unísono. La entrevista, claro, se realiza por teléfono, como no podía ser de otra manera en estos tiempos que corren.
Teo pone la experiencia de estar al frente de Econatura, una empresa líder en España en la fabricación y distribución de césped artificial.

Precisamente, en este negocio está la génesis de Gravit, aunque de eso hablaremos un poco más adelante. «Es una idea española, tecnología española y fabricación española cien por cien. De España para el mundo. Apostamos por la calidad y estamos hasta sorprendidos de la fabulosa acogida que ha tenido. Ya lo están usando profesionales como Pablo Larrazábal, Alejandro Cañizares, Mario Galiano, Jorge Campillo o Nacho Elvira, y nos cuentan que están muy satisfechos. Estamos muy contentos, aunque esto no ha hecho más que empezar. La ilusión es brutal y la respuesta de los clientes sólo nos anima a hacerlo todavía mejor», asegura Teo.

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Fran nos habla del origen de Gravit. Brotó de su cabeza. Como tantas otras cosas, nos apunta. Su mente no para. Él sólo es capaz de generar un ‘brainstorming’ que dejaría con la boca abierta a cualquiera en Silicon Valley. «Nos dedicamos al césped artificial y muchos clientes nos expresaban una necesidad. Cuando instalábamos un putting green se encontraban con el problema de que no podían o no querían hacer un agujero en el suelo. Hay muchos que se ponen en áticos, terrazas o simplemente en zonas de jardín donde los dueños no quieren hacer hoyos. Había que buscar una solución», asegura.

Aquí es donde entra en escena lo que podríamos llamar el Equipo A del Gravit. «Todo empezó en 2017. Después de darle muchas vueltas a la idea, por fin empecé a fabricar el primer prototipo. Por ello, hablé con dos amigos míos, uno es herrero, de los de toda la vida, y el otro es ingeniero aeronáutico. Tras muchas conversaciones me puse a pensar en el producto que demandaban nuestros clientes. Nada me gusta más que poder encontrar la solución a una necesidad. Le di muchas vueltas, probé cosas y a principios de 2018 ya tenía el primer Gravit en las manos», recuerda. Eso sí, no buscaban un producto cualquiera, la idea nunca fue salir del paso. Al revés, querían lo mejor, algo que dejara huella en el mercado. Por eso mismo, sobre aquel prototipo siguieron trabajando sin descanso y a finales de 2018 apareció el primer Gravit auténtico. Fue algo así como el famoso «eureka» de Arquímedes. Esto sí puede revolucionar el golf en casa. Antes de ponerse en el mercado, Gravit ya era su versión 3.0. Ambición máxima.

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Una vez pulido, Fran, que también trabaja en Econatura, decidió compartir su hallazgo con Teo. En menos de un minuto estaba ya tan emocionado como su socio. «Vamos con todo. Me gusta mucho la idea», le confesó. Y arrancó la aventura… «Siempre me gustó mucho el modelo de negocio de Hawkers, la marca de gafas, los he estudiado al milímetro y pensé que nosotros podíamos hacer algo parecido», apunta Fran.

En el Open de España de 2019, en octubre, en Madrid, se produjo la presentación en sociedad del Gravit. Ocuparon una de las carpas de la zona comercial del Club de Campo Villa de Madrid y comenzaron a comercializarlo al mismo tiempo que Jon Rahm revalidaba su título de campeón. Se puede vender el Gravit por separado, el aparato que hace las veces de hoyo, o el pack con la alfombra para patear. La apuesta aquí también fue muy fuerte. «Estudiamos las mejores del mercado, las probamos, las destripamos, vimos qué componentes funcionaban mejor y nos lanzamos a su fabricación. Si Gravit es de máxima calidad, la alfombra no podía ser menos, y lo hemos conseguido», afirma Fran.

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El confinamiento obligado por el coronavirus ha disparado las ventas y el interés de los golfistas por el Gravit. Sólo en estas semanas que llevamos de encierro se han vendido más de mil unidades y no sólo en España. La revolución ha traspasado nuestras fronteras y ya se vende en el Gran Bretaña y en Estados Unidos. Gravit ha venido para quedarse. Esto sólo ha empezado. Ya estamos pensando en nuevos productos, una alfombra más grande con diferentes velocidades. Seguimos trabajando en el Gravit para que sea lo mejor posible. No paramos. El objetivo es estar en todas las casas de los golfistas, en los despachos, los jardines, azoteas… Y los campos de golf. Nos han contactado muchas escuelas de España y varias tiendas. Queremos ser los números uno del mundo del golf en casa.», aseguran. La revolución acaba de empezar y no hay quien la pare.