Inicio Ryder Cup Ryder Cup 2018 No queda más remedio que sentirse orgullosos de ser españoles

No queda más remedio que sentirse orgullosos de ser españoles

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John Rahm durante la jornada de entrenamiento del miércoles en el Golf National. © Golffile | Phil Inglis
John Rahm durante la jornada de entrenamiento del miércoles en el Golf National. © Golffile | Phil Inglis

Remontémonos a las 13,45 horas del pasado 1 de julio. Se jugaba entonces en el Golf National la última jornada del Open de Francia y a esa hora Sergio García y Jon Rahm se subían al tee del hoyo 1 en el penúltimo partido del día. El recibimiento que ambos tuvieron fue apoteósico. Tanto, que hasta sorprendió a los propios jugadores.

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Eran dos de las grandes estrellas de la cita y ambos salían con opciones claras de victoria, así que parecía normal que su partido tuviera más seguimiento y despertara mayor interés que ningún otro, pero además, allí, se creó una atmósfera distinta, mágica, difícil de describir… Era como si los aficionados franceses, sin que nadie los hubiera puesto de acuerdo, tomaran ya a los dos españoles como algo suyo. No es que desearan fervientemente su victoria, que a tanto no iban a llegar, pero aquello se interpretaba de una manera natural como un anticipo de la Ryder. Su Ryder.

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Cuando se habla de esta competición en cualquier rincón de Europa, si acaso la conversación se fuera más allá de los cinco minutos, antes o después se termina hablando de los españoles. Del golf español. No lo tome nadie como un lugar común, o como la desesperada y palurda obsesión por sacar la cabeza, por desempolvar la piel de toro cueste lo que cueste o por hacer más ruido que nadie.

Las reflexiones de Sergio y su recuerdo a Seve y Celia

Se trata de que Thomas Bjorn, capitán del equipo continental, refiriéndose hoy a la excitación que siente Jon Rahm en su estreno, ha dicho lo que ha dicho: “España tiene una larga historia en este evento y desde el punto de vista europeo no cabe ninguna duda de que no estaríamos en la situación que hoy estamos si no hubiera sido por Seve y los españoles que lo han seguido, Olazábal viniendo detrás de él, y Sergio… Él ahora se está viendo como la siguiente persona que debe mantener todo esto. Si yo estuviera en su lugar, teniendo a toda esta gente de mi país a quien mirar y teniendo también la posibilidad de ser el siguiente en esta línea, seguro que yo estaría también muy excitado”.

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Se trata, asimismo, de lo que ha explicado hoy Rory McIlroy, contestando también a una pregunta en rueda de prensa acerca de Jon Rahm. “Definitivamente, él tiene el fuego de Seve. Él tiene la pasión por la que los españoles son reconocidos. Ver cómo él desea y quiere todo esto, cómo cuida la Ryder Cup y lo orgulloso que se siente de ser europeo y español y de formar parte de todo esto… Es algo realmente increíble de ver. Yo no hice tanto ruido en mi primera Ryder como él está haciendo, pero yo tampoco era en mi primera Ryder tan buen jugador como él es”.

Hoy se habla de Rahm porque es la refulgente novedad, como en su día se hablaba en los mismos términos de Sergio, de Olazábal, de Jiménez y hasta de Rafa hace dos años en Hazeltine, cada cual en sus particulares perfiles, pero con el mismo fondo de rojo pasión.

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Se trata del gesto de hoy de Sergio en el green del hoyo 9, sacando el puño tras embocar un putt de birdie y lo que ha provocado en los miles de aficionados que allí se daban cita y que poco a poco se van soltando. Y de su liderazgo en el vestuario, reconocido expresamente por Bjorn y McIlroy estos días, basado sobre todo en todo lo que se refiere al apartado emocional. La pasión.

“Para Celia, la Ryder era lo más, ella estaría muy feliz”

Son tiempos políticos y sociales convulsos en España. Un periodo áspero que no favorece a la autoestima, pero quedan algunos recovecos por los que escaparse de la realidad diaria, por desgracia tan a menudo rebosante de estulticia. La Ryder, por ejemplo. Ante el pequeño y coqueto trofeo del viejo Samuel no queda más remedio que sentirse orgullosos de nuestros pioneros españoles. Y de ser españoles.