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Edorta Rahm escribe sobre la Ryder Cup desde Whistling Straits

Diario de un aficionado europeo en territorio hostil: la romería, los greenes y los novatos

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Jon Rahm celebra el putt del hoyo 16 en un partido de fourballs en 2018. (© Golffile | Eoin Clarke)

Os cuento lo que me deja la primera jornada de la Ryder Cup desde Whistling Straits. Aquí van algunos detalles. Algunos de ellos lo habréis podido ver todo por televisión, pero otros seguramente no tanto:

– El desastre organizativo a la hora de llegar al campo es total. Es una pasada. No se puede tardar entre dos y tres horas en los últimos cinco o diez kilómetros. La falta de previsión y de intendencia es absoluta. Llama la atención. Nosotros tardamos el viernes dos horas en llegar al campo, el padre de Paul Casey tardó tres horas, y eso que nosotros vamos escoltados por la policía. De nuevo, no me quiero ni imaginar lo que estarán pasando los aficionados. Aquí os dejo el vídeo de nuestra llegada con la policía…

– Segundo y siguiendo con el asunto de la logística. No lo entiendo. Es una pasada la cantidad de gente que va por dentro de las cuerdas. En París lo máximo que podíamos ir eran dos o tres personas por jugador, más cámaras y periodistas… no llegábamos a quince o veinte personas por dentro. El primer día he llegado a contar en algún momento más de cien personas siguiendo el partido por dentro de las cuerdas, con gente por medio de la calle, sin control y encima cuando aún vienen partidos por detrás… No tiene mucho sentido.

– En cuanto a las condiciones de juego, por la mañana ha sido espectacular, sol impresionante y el campo en perfectas condiciones. Gran partido de los españoles. No os voy a descubrir nada que no se haya visto en televisión. Sergio y Jon se han compenetrado muy bien.

– Por la tarde, Hatton ha metido el putt del hoyo 18 que ha sido muy importante para no perder, pero se le han escapado antes algunos claves. Es como si le hubiera costado entrar en calor en los greenes, a ver si el final de ayer ayuda para que hoy estén todos más acertados con el putter.

– En este sentido, sirva un comentario. Los greenes están muy rápidos y con mucho movimiento. Creo que este tipo de greenes favorece más a los americanos y perjudica a los europeos. Nos cuesta más adaptarnos a estas superficies por mucho que haya muchos jugadores que juegan habitualmente en el PGA Tour. Me parece la gran diferencia y la gran clave de la preparación del campo, más allá del rough u otras circunstancias.

– Un último detalle: desde mi punto de vista, la mayor sorpresa del día o lo que más destacaría es la buena respuesta que han tenido los novatos americanos, tipo Cantlay, Schauffele o Berger. Eso es una gran ventaja. Si siguen jugando así, creo que están en otra liga y no hay mucho que hacer. Pero la esperanza es lo último que se pierde y aún queda mucha Ryder Cup por delante, así que a ver si tenemos más suerte hoy y van mejorando la cosas para Europa. ¡Vamos!

*Edorta Rahm es el padre de Jon Rahm