La comparecencia del equipo europeo de la Ryder Cup ante los periodistas tras la dura derrota frente a Estados Unidos no tiene desperdicio. Hay risas, muchas, complicidad, toda, y un ambiente extraordinario. Es el sueño de cualquier equipo. El equipo europeo responde como una piña de amigos o una familia que atraviesa por un trance desagradable. Nadie lo quiere y todos se rebelan, pero incluso en los peores momentos hay espacio para la broma y los guiños divertidos.
Eso sí, las risas, el buen rollo, la deportividad y los aplausos no se deben confundir con frivolidad ante la derrota, ni mucho menos, es más bien al contrario. La palabras más repetida durante la atención a los medios es «dolor» y la siguiente es «Roma». «Lo de esta semana va a doler durante un tiempo. Han sido más fuertes, nos han superado, pero toca ya pensar en la próxima edición, mirar adelante y buscar la manera de recuperar la copa», señaló Poulter.
Rory McIlroy fue aún más expresivo que Poulter. «Lo que ha pasado en Whistling Straits nos jode mucho. Nadie quiere perder y mucho menos una derrota así. Ojalá la semana que viene fuera ya la Ryder de Roma para intentar cobrarnos la revancha. Me ha dolido mucho verles celebrar el triunfo a los americanos mientras sonaba el ‘We are the Champions’«.
Westwood reconoció, como todos, la superioridad del equipo de Estados Unidos, pero ya piensa en la próxima Ryder. «Ha dolido mucho cómo se ha producido. Nada nos duele más que perder la Ryder Cup. Tenemos que extraer lecciones de lo que ha pasado, aprender y mejorar. Esto sólo nos va a permitir ser más fuertes. Es como tenemos que verlo», señaló.
El equipo está picado en su amor propio y todos quieren sacarse la espina en la próxima edición en Italia. Paul Casey, uno de lo que quizá podría haber jugado su última Ryder, se rebela contra eso. «Voy a hacer todo lo que esté en mi mano por estar en Roma dentro de dos años». Tommy Fleetwood explicó que nada es parecido a la semana de la Ryder y Shane Lowry puso a todos en pie cuando reconoció que «ha sido la mejor semana de toda mi carrera. Esta gente es estupenda. Sólo nosotros sabemos lo que se vive dentro de ese vestuario y es un lujo. Yo he ganado un Open Championship en casa con seis golpes de ventaja, pero lo que se vive en la Ryder con este equipo es incomparable», señala.
La derrota no ha resquebrajado el espectacular ambiente que hay en el equipo y eso es algo que hay que poner en el haber de Harrington. Llegaron como equipo y se marchan como equipo, quizá incluso más unidos de lo que estaban antes…
