Exultante. De qué otra manera podría estar Luke Donald, capitán europeo de la Ryder Cup, después de vivir una primera jornada antológica en Roma, donde Estados Unidos se quedó por primera vez en la historia sin sumar ninguna victoria en los duelos que abren la competición y donde el Viejo Continente avasalla a los yanquis con un resultado espectacular de 6,5-1,5; eso sí, con 20 puntos aún en juego y, sobre todo, el orgullo de los golfistas de las barras y estrellas mancillado por completo. Querrán mañana la revancha. Pero de momento…
…toca disfrutar. Y la sonrisa de satisfacción de Donald lo decía todo. Después del histórico 4-0 matinal, Estados Unidos se recompuso en los fourballs y pareció que podía incluso llevarse tres de los cuatro puntos en liza. Sin embargo, los putts de Hovland, Rahm y Rose en el 18 hundieron las esperanzas de Zach Johnson y sus chicos.
«Ha sido comienzo increíble», arrancó Donald, «un día histórico, pero queremos que sea una semana histórica, por lo que el trabajo ciertamente no está terminado. Todos celebraremos un día fantástico, pero volveremos mañana por la mañana con el objetivo de intentar ganar los foursomes. Haremos que nuestros muchachos se concentren para volver a la carga, por así decirlo. Pero qué día hemos vivido», manifestó.
La Ryder siempre regala momentos estelares y el inglés se deleitó con los golpazos de algunos de sus jugadores, que demostraron por qué están en Roma y lo que desean quedarse con la copa: «Las Ryder siempre están llenas de increíbles montañas rusas y a lo largo del día. Obviamente esta mañana me sentí mucho más cómodo que esta tarde. Ganar 4-0 fue muy especial. Pero esta tarde Estados Unidos reaccionó y embocó muchos putts. Estaban dando la vuelta a la tortilla. Tuvimos un buen comienzo, pero ellos se defendieron. Y sabíamos que lo harían. Son un equipo fuerte. Hay mucho talento en ese equipo. Pero lo que hicimos en el 18 demuestra la determinación, el valor, la perseverancia y la unidad de nuestro equipo. Nunca se dieron por vencidos y siguieron luchando hasta el final. Y embocar putts como los que hizo Viktor, Jon y, por supuesto, Rosey, justo al final, eso es enorme. Realmente parecía 3-1 en un momento dado para EE.UU. Con 5-3 ellos estarían de vuelta en el juego, pero llevarnos los fourballs, cuando parecía que iban a quedar 3-1 para ellos, es una hazaña increíble de mis muchachos», presumió.
Tres de los primeros espadas de Europa, McIlroy (2 puntos), Rahm (1,5) y Hovland (1,5), estuvieron brillantes: «Bueno, son superestrellas. Son sementales. Son tres de los cuatro mejores jugadores del mundo. Necesitas que tus superestrellas se disparen. Necesitas que jueguen bien. Sin eso, es realmente una batalla cuesta arriba. Dieron un paso al frente e hicieron lo que tenían que hacer y estoy muy orgulloso de ellos».
También el capitán tuvo palabras de elogio hacia Matt Fitzpatrick: «Uno de mis objetivos personales es jugar con él en un fourball. Sólo había jugado cuatro en las dos últimas Ryder. Se podía ver la mirada en sus ojos en el primer tee de que estaba listo para tener un buen comienzo. Estuvo -6 par en seis hoyos con su propia bola. Llevaba a Rory. Obviamente Rory jugó un buen golf después de eso y fue un verdadero esfuerzo de equipo. Pero estoy muy feliz por Fitz. Y le dije muchas veces, ya sabes, si miras a algunos muchachos que tuvieron problemas al principio de las Ryder en su carrera, Seve habría sido uno de ellos, si te remontas a sus dos primeras Ryder, creo que sumó un punto. Francesco anotó dos medios puntos en sus dos primeras ediciones y obtuvo marca de 5-0 en París. Es su momento de empezar a escribir el siguiente capítulo de su historia en la Ryder y lo empezó hoy».
Igualmente, Donald puso en un pedestal la labor de los rookies que debutaban en la Ryder y que sacaron adelante tres puntos con dos victorias y dos empates. El inglés habló de qué motivó sus emparejamientos: «Es un gran escenario. Es agradable jugar en casa, pero ese primer tee es estresante. Es una situación llena de presión. Es algo que nunca antes habrían experimentado, así que tener a alguien con experiencia a su lado que había pasado por eso, para guiarlos, ayudarlos, ese era el objetivo, realmente. Rosey hizo un gran trabajo con Bob. Jon hizo un gran trabajo con Nicolai. Viktor y Ludwig, Shane y Sepp, todos esos tipos con los que jugaron son grandes personas y apasionados. Mi objetivo esta semana era hacerles sentir que pertenecían al grupo; que tuvieron la oportunidad de contribuir esta semana. Su voz y su contribución fueron tan importantes como las de cualquier otro jugador», defendió.
Defendió a Jon Rahm por las críticas que le comentaron que había dicho sobre él Brooks Koepka. «Quiero golpear una tabla y hacer pucheros como hizo Jon Rahm. Pero, ya sabes, es lo que es. Actúa como un niño. Pero somos adultos. Seguimos adelante», afirmó el estadounidense. Donald respondió que «ciertamente no vi nada de eso. Jon fue un gran apoyo para Nicolai hoy, y hacer un gran drive en el 18 y pegarlo en el frente del green y hacer un eagle para la mitad, eso es mucha pasión. Jon es una persona apasionada, pero no lo vi actuar de otra manera».
Europa nunca arrasó en una sesión en la primera sesión y ahora está cinco puntos arriba. ¿A qué atribuye Donald esa ventaja? «A la unidad del equipo más que nada. Estos tipos se apoyan mutuamente. Son 12 personas fuertes y no existe una jerarquía real. Todos quieren lo mejor unos para otros. Hemos pasado cuatro o cinco días tremendos. El ambiente en la sala del equipo ha sido increíble. Ha sido muy positivo. Son grandes chicos y grandes caballeros, como dije en mi discurso. Son buenos hombres que pusieron mucho esfuerzo en esta partitura y se nota», zanjó un feliz Luke Donald, quien, pese a todo, no quiere que sus jugadores se confíen para las batallas del sábado y del domingo. Estados Unidos es muy peligroso, y más aún si llega tan herido en su honor.
