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Ryder Cup 2023 | Ras de hierba de los fourballs del viernes

Matt revienta el Marco Simone para darse la razón a sí mismo

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Matt Fitzpatrick durante los Fourballs del viernes de la Ryder Cup 2023. © Golffile | Pedro Salado
Matt Fitzpatrick durante los Fourballs del viernes de la Ryder Cup 2023. © Golffile | Pedro Salado

A la sexta oportunidad fue la vencida: el balance de Matt Fittzpatrick hasta hoy en la Ryder era de cinco derrotas en cinco partidos disputados (tres foursomes y dos individuales). Hay que ver hasta qué punto puede ser extremadamente dura esta competición. El asunto es que, además, el inglés nunca había podido jugar un fourball, nunca lo habían considerado oportuno sus anteriores capitanes. Y él no dejaba de repetir a quien quisiera escucharle algo así como “por favor, dejadme jugar un partido a mejor bola, necesito entrar así en calor, necesito verme en esa situación al menos una vez, pegando todos los tiros, antes del duelo en los individuales del domingo”.

Ni Darren Clarke (2016), ni Padraig Harrington (2021), sus capitanes en anteriores ediciones, hicieron posible su deseo. Ha tenido que ser Luke Donald. En honor a la verdad, sería necio cargar contra Clarke y Harrington; Donald lo tenía más sencillo: el Fitzpatrick que tenía delante a la hora de tomar su decisión era un jugador sensiblemente distinto y, sobre todo, con mayor ascendencia en el golf mundial, ganador de todo un US Open, un jugador más hecho y confiado en sus posibilidades. A este Matt no quedaba más remedio que satisfacerlo, se había ganado el derecho de ser tratado como uno de los pilares del equipo.

Y cómo ha respondido. Embocaba un putt de par en el 1 para empatar el hoyo desde esa distancia tan suya, tres metritos largos. Después, el acabose: el desgarbado inglés iba a certificar un parcial descomunal de seis menos en los siguientes cinco hoyos (del 2 al 6, ambos incluidos), con cuatro birdies y un eagle en una secuencia mareante, enchufando desde cinco, cuatro, seis, siete o los metros que fueran y tocaran en cada momento. Rory, su compañero, no daba crédito. Se frotaba los ojos y sonreía. ¿O en realidad reía? Nadie daba crédito, a decir verdad, por mucho que supiésemos todos que Matt es uno de los mejores pateadores del mundo. Mucho menos sus rivales, Morikawa y Schauffele, incapaces de contener semejante aluvión de talento en los greenes o de equilibrarlos hasta cierto punto con aciertos propios.

Por si el estupor de los dos estadounidenses fuese poco, cuando Matt se enfrió un poquito, resulta que era Rory quien se iba calentando (birdies en los hoyos 7, 9 y 10). Aquello no había quien lo aguantara y hasta el 5y3 final parecía un resultado corto.

Matt Fitzpatrick y Rory McIlroy en los Fourballs del viernes de la Ryder Cup 2023. © Golffile | Pedro Salado
Matt Fitzpatrick y Rory McIlroy en los Fourballs del viernes de la Ryder Cup 2023. © Golffile | Pedro Salado

La Ryder es muy puñetera, pero a veces ocurre que un jugador revienta al fin el dique y sale disparado. Recordemos, por ejemplo, toda la frustración personal que traía a cuestas Francesco Molinari: antes de su explosión en París 2018 el italiano había jugado seis partidos en sus dos primeras comparecencias y tampoco había ganado ninguno (sumaba un punto de seis posibles, merced a dos empates). Es cierto que Francesco fue partícipe de la gesta en Medinah 2012, por ejemplo, pero a nivel personal la Ryder lo tenía martirizado. Hasta que pasó lo que pasó. Matt ha roto el maleficio y ahora se trata de ver hasta dónde puede llegar y sumar esta misma semana. Mal asunto para los de Zach Johnson esto de tener a este tipo subido en el vagón de la confianza…

El debut de Robert MacIntyre ha sido duro, aunque con final feliz gracias a ese medio punto que arañaba Rose con un birdie en el 18. Arrancaba con un hoyo de debut soñado: gran salida, excelente segundo golpe y putt de dos metros largos para firmar el birdie. Después, sin embargo, iba a irse diluyendo. El peso de la pareja lo agarraba Justin Rose con decisión y el zurdo escocés apenas tenía opciones de apuntalar el despliegue de su compañero. ¿Volveremos a verlo jugar antes de los individuales? Si hacemos el ejercicio de meternos en la cabeza de Luke Donald nos atreveríamos a decir que todo va a depender de él. Es decir, si MacIntyre les demuestra en las próximas horas, fuera de las cuerdas, que necesita imperiosamente una nueva oportunidad, si lo demanda con determinación y coraje, es más que probable que Luke lo alinee de nuevo en los fourballs.

Justin Rose en el green del 18 durante los Fourbals del viernes en el Marco Simone Golf Club. © Golffile | Fran Caffrey
Justin Rose en el green del 18 durante los Fourbals del viernes en el Marco Simone Golf Club. © Golffile | Fran Caffrey

Ay, bendita Ryder Cup, que todo lo trastoca, lo intercambia, lo traspone o sencillamente lo pone del revés. El fogoso y pasional Jon Rahm embocaba un delirante putt de eagle en el 18 para empatar el partido ante Scheffler y Koepka y su celebración tenía más que ver con la acción de un globo desinflándose. Sus gestos eran más de alivio y gratitud que de otra cosa. Por el contrario, el equilibradísimo y templadísimo Justin Rose enchufaba un putt de birdie en el mismo 18 para, de igual manera, empatar el duelo ante Homa y Clark, y se volvía completamente loco, al modo de un estibador de Southampton, cuando los estibadores de Southampton eran lo que eran, allá por mediados del XIX.

Resultados en directo de la Ryder Cup 2023