La tensión se masca en la Ryder Cup igual que masca tabaco Brooks Koepka, el vaquero estadounidense que es igual de bueno con los palos que con las pullas cuando le da por lanzarlas. Va al cuello. Venía calentito el quíntuple campeón de Majors después de que Jon Rahm les descerrajara dos tiros en forma de eagle, al 16 y al 18, que valió para que Europa arañara medio puntito en un partido que podría haber significado la primera victoria yanqui en Roma, mayormente después del hierrazo en el 17 de Scottie Scheffler.
Pero Rahm lo evitó con varios golpazos a lo Seve que heló (más aún) la sangre de Koepka. El vizcaíno enchufó un eagle en el 16 desde el rough que fue gloria bendita y lo celebró con la fogosidad habitual con la que se festejan estos tiros en una cita de alto copete. Luego en el 18 fue la traca final con un putt (ojo al golpazo previo para llevar la bola de dos al green) que tocó el hoyo y entró. ¡Boooom! El español no se vino arriba, más bien quedó en trance, y el primero en felicitarlo fue… Brooks Koepka.
Pero el estadounidense no se podía callar e irse con el rabo entre las piernas tras el 6,5-1,5 que refleja el marcador, una auténtica paliza, sino que prefirió calentar el ambiente cuando le preguntaron por su duelo: «Scottie y yo hicimos birdie, qué dijimos, 14, hicimos birdie 14, 15, 16, 17, 18, y luego perdimos por dos (empataron el partido). Así que sí. Quiero decir, quiero golpear una tabla y hacer pucheros como lo hizo Jon Rahm. Pero ya sabes, es lo que es. Actúa como un niño. Pero somos adultos. Seguimos», atizó Koepka sin venir nada a cuento.
¿A qué se refería? Quizás, según la prensa anglosajona, a cuando Rahm golpeó un cartel con su hierro por frustración en el US Open. Pero no lo aclaró Koepka, que por una vez tiró la piedra y escondió la mano. El español superó al yanqui para ganar el Masters a principios de este año y éste se recuperó ganando el PGA Championship un mes después. En cualquier caso, habrá fuegos artificiales este sábado, aunque por la mañana no se verán las caras en el mismo partido, y este domingo, sobre todo si da la casualidad de que acaban emparejados en el mismo duelo…
Zach Johnson está «orgulloso» de sus chicos pese a la paliza
Zach Johnson felicitó a Luke Donald por el buen resultado de la primera jornada para Europa, pero cree que su equipo aún puede levantarse con 20 puntos sobre el tapete entre mañana y pasado. El capitán estadounidense defendió a sus chicos, de los que dijo estar «orgulloso» pese a la histórica paliza y no haber ganado ninguno de los ocho primeros compromisos.
Además, sin querer dar nombres, explicó que hay problemas de salud en su equipo, aunque no quiere que eso sirva de excusa: «Tenemos contingencias y cosas de esa naturaleza basadas en muchas cosas. Hay ciertas cosas que no puedes controlar. Ha habido algunas cosas imprevistas que hemos tenido que sortear, lo cual es realmente desafortunado, en el sentido de la salud. No es un pretexto, porque tenemos profundidad, pero sólo diré que estoy agradecido de que tengamos un médico del equipo», valoró.
A Johnson le siguieron martilleando sobre este asunto, aunque tampoco dio muchas pistas: «Simplemente estamos peleando cosas internamente. Se ha difundido un poco entre caddies y jugadores. Es lo que es. Pero no es más que eso. Los chicos están peleando y jugando independientemente. No es nada que nos agobie por la profundidad que tenemos y por las muchas opciones de que disponemos». «¿Pero es un resfriado?», insistieron los periodistas en la sala de prensa: «Sí, tenemos cierta congestión y algunas señales de cosas que son desafortunadas. Es de esos problemas de salud donde a veces la energía probablemente está un poco baja, pero la capacidad y las ganas de salir a jugar siguen ahí. Eso es lo que estamos sopesando. Todos ellos todavía quieren jugar todos los partidos, lo cual es alentador». ¿Y se está propagando en el equipo? «En cierto modo lo ha hecho, sí, soy honesto, sí, lo ha hecho», afirmó.
