Tenía Eduard Rousaud (-7) un putt de birdie de quince metros en el hoyo 12, con una complicación añadida, además de la larga distancia: en ese green se encuentra uno de los grandes pianos que hay en Golf Costa Adeje, un auténtico muro si uno tiene que patear desde la plataforma de abajo. Así que el joven catalán, flamante neo pro que el próximo 2 de mayo cumplirá 21 años y que está disputando su sexto torneo del circuito europeo (los cuatro primeros los jugó como amateur), casi se estaba riendo mientras trataba de encontrar la línea adecuada para tirar el putt… En las vueltas de práctica se había ‘entretenido’ tirando bastantes putts desde ahí abajo, así que tenía muy claro que había que tirarlo muy fuerte. Sin compasión. Así lo hizo… Y entró por todo el centro.
Higgo y una media de 63,6 golpes que no entra en cabeza alguna…
Digamos que éste ha sido el momento curioso, e incluso estrafalario, de una gran vuelta de golf en la que Rousaud no sólo ha derribado ese muro del 12. También se ha quitado la espina de la semana pasada, en Gran Canaria, en la que quizá, casi de un modo inconsciente, se metió más presión de la necesaria. Todo forma parte de un aprendizaje que nunca termina. Se trata de ir derribando muros y hoy Rousaud ha certificado lo bien que le sienta a su juego eso de ir golpe a golpe, con determinación, pero sin hacer cuentas de ningún tipo ni esperar nada concreto de uno mismo por anticipado.
Arnaus y Anglés dan dos y tres giros de tuerca
Ese birdie en el 12, por cierto, era el tercero consecutivo que hacía el joven español en el arranque de los segundos nueve y, mucho ojo, dos de ellos habían caído en dos de los tres hoyos que hoy se han jugado más complicados (10 y 12), lo que por otro lado nos habla del poderío de este jugador y de lo bien que se ha sentido hoy.
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De acuerdo, en el recorrido tinerfeño se están haciendo muchos birdies, pero su tarjeta de 64 golpes, que por supuesto es la mejor de su incipiente carrera profesional, ha sido el segundo mejor resultado en el turno vespertino de la primera jornada, sólo por detrás del 63 que firmaba Dean Burmester (-8). Es llamativo que dos imberbes como Alejandro del Rey, en Meloneras, y Rousaud, hoy en Costa Adeje, se hayan destapado como los mejores exponentes de la Armada española. Del Rey, por cierto, ha luchado hoy a brazo partido y ha firmado una ronda por debajo del par (70), una menos en el día, después de hacer seis birdies y cinco bogeys. Todavía tiene, por tanto, una buena opción de pasar un tercer corte consecutivo en el European Tour y, por qué no, buscar un nuevo top 25, como en Austria y Gran Canaria.
Cuando el mejor psicólogo es tener una mosca cojonera en la bolsa…
Al final, todo hay que decirlo, esta primera jornada en tierras de Tenerife se ha asemejado mucho a la primera en tierras de Gran Canaria: resultados muy bajos, líderes disparados y más o menos el mismo número de jugadores con el día malo y un resultado al par o peor. Quiere ello decir seguramente que, en efecto, habrá que ir muy bajo para aspirar al triunfo (la media del ganador puede rondar el -6 cada día…) y también para pasar el corte, que mañana bien podría irse hasta -4 (a -5 hubo que llegar la semana pasada). Los despistes, por tanto, pueden pagarse muy caros.
Larrazábal leyó un sms en su móvil el martes y esbozó una sonrisa…
La mañana del viernes, en todo caso, puede ser de lo más movida y emocionante para el golf español, porque hay un buen puñado de jugadores de la Armada que ahora mismo se han procurado una buena oportunidad de encaramarse a lo más alto de la tabla si consiguen aprovechar la bonanza matutina: Pablo Larrazábal (-5), Sebas García Rodríguez (-5), Eduardo de la Riva (-4) y Alejandro Cañizares (-3) son buenos ejemplo. Además, por supuesto, de Rousaud, que al fin y al cabo sale a jugar la segunda a sólo dos golpes del líder, Thorbjorn Olesen. No hace falta decirle que eso es lo de menos y que lo único que debe importarle es el poner el foco en el ‘golpe a golpe’…
