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El agravio comparativo hacia Carlota Ciganda en el LPGA Match Play

Y entonces, ¿en qué quedamos?

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La sanción a Carlota Ciganda en la primera jornada del Bank of Hope LPGA Match Play ha desatado un importante ruido de sables en la comunidad golfística. La mayoría de las voces, especialmente entre jugadoras y caddies, han considerado desproporcionada la sanción y un agravio comparativo. No pocas opiniones se han vertido en las últimas horas sobre la justicia en la vara de media de los árbitros del LPGA.

Había dudas sobre si serían capaces de mantener el mismo listón durante todo el torneo o si, por el contrario, le tocó pagar el pato a Carlota Ciganda en esa jornada inaugural. Ya saben, a la navarra le castigaron por juego lento en el hoyo 18 de su duelo contra Sarah Schmelzel. Le dieron el hoyo por perdido después de haberlo ganado con un birdie y, en consecuencia, también perdió el partido, ya que habían llegado empatadas.

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Pues bien, la segunda jornada, disputada ayer jueves en el espectacular Shadow Creek de Las Vegas, nos invita a pensar que hay mucho más de lo segundo, del pato, que de lo primero. Equidad, lo que se dice equidad, se ha visto poca. Hay algunos ejemplos absolutamente aleatorios de jugadoras que superan el minuto para pegar un golpe y no han recibido ni una advertencia. Hay que decir que este trabajo no es exhaustivo, de lo contrario habría más ejemplos. Son sólo algunos casos sueltos para demostrar la ausencia de justicia en la vara de medir. Aquí tienen un vídeo revelador…

La regla del LPGA en el Match Play indica que las jugadoras tienen medio minuto de media por cada golpe en cada hoyo con un margen de diez segundos más que no pueden superar. Es decir, un par en un par 3 se debe ejecutar en 100 segundos como máximo, contando sólo el momento de preparación y ejecución de cada tiro. Un par en un par 4 en 130 segundos y un par en un par 5 en 160 segundos. Pues bien, como se puede ver en las imágenes, Megan Khang, Sei Young Kim o Alison Lee, superan ampliamente los 40 segundos en muchos golpes, llegando incluso al minuto y 20 segundo en el caso de Lee en una sacada de búnker. Ahí, por ejemplo, a la televisión le da tiempo a ver un putt de Altomare y otro Piller antes de regresar y ver el tiro de Alison. ¿Qué ocurrió? Nada. ¿Perdió el hoyo Lee por sanción? Negativo. El caso de Khang es especialmente significativo, ya que supera hasta en tres ocasiones el tiempo estipulado y tampoco le pasa absolutamente nada.

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Tenemos claro que la labor de los árbitros es ardua y complicada. No son policías y, sobre todo, no pueden estar en todos los rincones del campo para cronometrar, entre otras cosas porque no hay suficientes. Precisamente por este asunto, es necesario tener una manga ancha y se entiende a todas luces desproporcionado el castigo que recibió Carlota. Es un agravio comparativo muy serio hacer perder un partido en el último hoyo a una jugadora por un golpe en concreto.

La navarra sabe que es una jugadora lenta y está trabajando para corregirlo, pero resulta muy frustrante descubrir apenas unas horas más tarde que no se actúa de la misma manera con todas, seguramente porque no hay los medios suficientes para hacerlo. Por eso, si no tienes la posibilidad de hacer cumplir una ley con justicia y proporcionalidad, mantenerla y aplicarla de vez en cuando según toque es arbitrario y sólo provoca desconcierto. Igual va siendo hora de aplicar un sistema al abrigo de las nuevas tecnologías que realmente permita cronometrar cada golpe de cada jugador en un torneo y entonces sí aplicar con todo el rigor del mundo la normativa. Mientras tanto, es una ley caprichosa.

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Y un último apunte: los circuitos deben actuar con más transparencia con el juego lento, tal y como proponía Edoardo Molinari. Publiquen después de cada jornada cada mal tiempo que se haya tomado, cada advertencia, cada penalidad y en el caso de que a uno se le aplique una sanción y a otro no, justifiquen esa decisión públicamente. A todos nos iría mucho mejor, especialmente a los golfistas y evitaría en gran medida el ruido de sables.