Inicio Tengolf TV Una mini-pretemporada exprés para recuperar las constantes vitales

Una mini-pretemporada exprés para recuperar las constantes vitales

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El 31 de enero Jorge Campillo falló el corte en el Saudi International y lo primero que hizo fue meterse en internet y cambiar el vuelo de vuelta. Quería estar en su casa cuanto antes. Primero porque nada se le había perdido en Arabia el fin de semana sin jugar el torneo, obviamente, y segundo porque tenía trabajo por delante.

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El jugador extremeño tenía muy claro que no había hecho una buena pretemporada. A diferencia de otros años, por asuntos personales, no había tenido sus cinco sentidos puestos en el golf. No había dedicado el mismo tiempo que otras veces a poner las bases de la temporada que estaba al caer.

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Así, Campillo se presentó en la Gira del Desierto con la sensación de que le faltaba algo. Pasó el corte y brilló el fin de semana de Abu Dhabi, pero tanto en Dubai como en Arabia aparecieron las dudas, se vieron las costuras, el juego no fluyó, falló más golpes de lo que es habitual en él y tomó la decisión de ponerle remedio. El plan ya estaba escrito. A la vuelta de Arabia tocaba una mini-pretemporada, como la que realizan los jugadores de fútbol cuando regresan de una lesión o los fichajes de última hora después de alguna que otra semana parado.

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Durante las dos semanas posteriores a Arabia, Jorge se encerró en Cáceres, y más concretamente en el Norba Golf Club. Ha estado trabajando duro en todos los aspectos, físico, técnico y mental y, en definitiva, ha puesto la maquinaria a punto. Más o menos como los entrenamientos libres de una escudería antes de un Gran Premio. Incluso, su entrenador, José Carlos Gutiérrez, se trasladó a Cáceres para trabajar a conciencia junto a su pupilo.

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Las primeras sensaciones en Chapultepec es que ese trabajo extra tras la Gira del Desierto ha dado sus frutos. Aún es pronto porque es la competición la que realmente coloca a cada uno en su sitio, pero Campillo se encuentra cómodo. Se puede decir que su golf ha recuperado las constantes vitales. Las rondas de prácticas (9 hoyos el lunes, 18 el martes y 9 el miércoles junto a Pablo Larrazábal) han servido para recuperar confianza y darse cuenta de que el juego está ahí.

Campillo guarda buenos recuerdos de Chapultepec. Aquí jugó hace dos años y supo adaptarse muy bien a la altitud. Confía en demostrarlo de nuevo esta semana y, sobre todo, dejar claro que el óxido está ya completamente eliminado.