Inicio Blogs Golpe a golpe Un cierto punto de envidia y el poso que nos deja 2020
Óscar Díaz escribe sobre el impacto y los recuerdos que nos deja un año histórico

Un cierto punto de envidia y el poso que nos deja 2020

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Emily Pedersen posa con el trofeo de campeona del Open de España en Guadalmina.

Andaba el otro día ordenando archivos y me topé con una columna que escribí el año pasado y que se publicó en este portal el 6 de marzo de 2020, ocho días antes de que se declarara el estado de alarma en todo el país por la covid-19. En aquel texto, titulado El peor de los obstáculos, hacía un repaso rápido a la influencia del miedo desde un punto de vista biológico y sociológico, llevándolo en última instancia al terreno del golf. Curiosamente, no había ni una sola palabra dedicada a la enfermedad que en aquel entonces se estaba concretando como amenaza, pero cuya peligrosidad percibíamos erróneamente como difusa. Me ha hecho gracia (relativa) el alejamiento de la realidad de aquella columna, porque la alarma era inminente y el riesgo, claro, y sin embargo no le dediqué una sola palabra a ese miedo que durante el resto del año presidió nuestras vidas.

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Igual que no supe plasmar algo que estaba muy a mano, también me pregunto cómo quedará en el recuerdo el año que hemos dejado atrás. Entiendo que dependerá en gran medida de lo traumático que haya sido para cada cual, y que la edad que tenemos y con la que hemos vivido este 2020 modificará la construcción de esa memoria. Hasta cierto punto envidio a los menores de cuatro o cinco años, misericordiosamente afectados dentro de un tiempo (como nos ha pasado a todos) por la amnesia infantil. Para ellos 2020 no será más que una neblina de la que apenas recordarán nada, fogonazos puntuales remarcados por los vestigios digitales que queden en nuestros dispositivos (si es que en el futuro los conservamos).

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Así de difícil es ubicar nuestro primer recuerdo y pueden hacer ustedes mismos la prueba. Seguro que dudan de si lo que tienen en la cabeza es un recuerdo auténtico o construido a partir de fotografías o historias contadas por sus padres o hermanos, una «película» supuestamente protagonizada por ustedes. Aunque diversos experimentos y estudios han demostrado que la memoria funciona desde muy pronto y ciertos mecanismos cerebrales de los bebés son similares a los presentes en sujetos de mayor edad, los recuerdos de entonces se consolidan con dificultad. A medida que vamos cumpliendo años la memoria mejora, e incluso hay personas de edad avanzada que tienen más presentes los recuerdos lejanos de su niñez y adolescencia que su vida reciente, quizá menos «memorable» por la rutina o la falta de alicientes.

Igual que es arduo situar el primer recuerdo real, también resulta complicado localizar el primero relacionado con el golf (también les invito a que prueben). En mi familia no había aficionados al golf y no tengo a nadie cerca que me pueda ayudar en esta tarea, con lo que sospecho que mi primera vivencia sería alguna retransmisión televisiva primigenia, quizá de alguna de las primeras hazañas golfísticas de Seve Ballesteros, pero no lo puedo asegurar con contundencia, ni tampoco identificar cuándo y dónde se produjo el flechazo. Sí tengo un recuerdo claro del tiempo que pasaba rebuscando los resultados de golf de los españoles en los breves de los periódicos deportivos que compraba mi padre, pero soy incapaz de identificar a partir de cuándo me dediqué a ello.

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También tengo curiosidad por saber qué poso dejará 2020 en nuestras memorias golfísticas. Si las generaciones futuras terminan considerando anecdótica esta pandemia (igual que a nosotros nos parecen lejanísimas otras coyunturas históricas similares), ¿qué será del golf en este año pasado atípico y que muchos querrán o querremos olvidar? En el plano negativo, el hueco que queda en el palmarés del Open Championship saltará a la vista y se convertirá en el típico asterisco llamativo con su explicación al pie de las tablas históricas. La cancelación de la edición 2020 es el único gran «pero» que hay que poner a este año (centrando la responsabilidad de ese «pero» en el Royal & Ancient y en su decisión, en la que primaron más los factores económicos que los puramente médicos o deportivos), ya que las grandes instituciones y circuitos han sacado adelante meritoriamente sus calendarios de urgencia y hay que aplaudir sus esfuerzos… y como muestra ahí tenemos las pruebas celebradas con éxito en nuestro país, encabezadas por el Estrella Damm N.A. Andalucía Masters del European Tour y el Andalucía Costa del Sol Open de España del Ladies European Tour.

Jon Rahm, al natural

Pero 2020 también nos ha dejado hitos que quedarán bien grabados en nuestras neuronas y que tendrán maravillosas consecuencias a corto y medio plazo. Sin hacer de menos los logros de otros u otras golfistas (como Bryson DeChambeau, Dustin Johnson o Sophia Popov), aquí tenemos que quedarnos con el ascenso al número uno de Jon Rahm, el segundo español que se hace con este logro, y, por supuesto, con la designación de Finca Cortesín (Costa del Sol, Andalucía) como sede de la Solheim Cup, que se celebrará por primera vez en nuestro país en 2023. Además, en ambos casos, no estamos hablando de fogonazos efímeros, sino de hechos que marcan y dejan huella, tanto en la memoria como en la realidad, de circunstancias que harán historia y permitirán que recordemos a 2020 con algo más de benevolencia.