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La madrileña zarpa a la prestigiosa universidad de la ex Número Uno amateur y de Tiger

Paula Martín: una española en el reino de Tiger Woods y Rose Zhang

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Paula Martín
Paula Martín golpea un hierro.

¿Cuántas personas tienen un don especial para una actividad concreta? ¿Y cuánto se reduce el porcentaje si son dos virtudes más allá de lo común las que atesora alguien? Practicar el swing y el putt hasta aburrirse e hincar los codos hasta que sangren son tareas complicadas de compaginar, aparte de gimnasio, viajes, torneos… «El éxito depende del esfuerzo», dijo Sófocles y el aforismo lo corrobora la historia de la humanidad… y la carrera de Rafa Nadal, por ejemplo.

Paula Martín Sampedro (2/9/2005) es un hacha en las dos disciplinas: el golf y los estudios. A base de sacrificio va camino de la excelencia. En semana y media zarpa a Estados Unidos para iniciar su singladura en Stanford, universidad donde tendrá el honor, y la responsabilidad, de ser la primera española becada por el golf (tampoco ha habido chicos). Ahí es nada, en uno de los diez centros más ilustres del mundo. «Me apetece muchísimo comenzar esta nueva aventura y ser la primera española es un plus. Ojalá sigan viniendo muchas más, quizás el próximo año tenga de compañera a Andrea Revuelta…», apunta la madrileña que en breve llegará a la mayoría de edad.

Ya pueden imaginar que el proceso de acceso a la ilustre universidad californiana no es para todos los públicos. Insistimos: el alumnado es excelente. Y Paula, campeona de España en 2022 y oro por equipos en el Europeo sub 18, ha sacado unas notazas para ganarse la matrícula de honor que constata la decisión que tomó Stanford de seleccionarla en julio del año pasado para enrolarse en sus filas a partir del curso 23-24. No fue fácil, obviamente, con un estrés impropio de esa edad tuvo que apretar las tuercas con los libros, exámenes, ensayos, pruebas de inglés, mientras competía, entrenaba, se machacaba con las pesas… Pero mereció la pena el sacrificio y ahora toca saborear la experiencia, aunque tampoco será un camino de rosas en el campo ni en la biblioteca. «Está claro que he escogido esa universidad porque le doy mucha importancia a la parte académica, pero con el nivel deportivo de Stanford creo que se puede perfectamente manejar tanto lo académico como lo deportivo al más alto nivel, así que quiero seguir manteniendo un buen nivel de notas y sacarme la carrera. Voy ahí tanto para estudiar como para jugar al golf», asegura.

«Rose me sorprendió muchísimo porque era una de las más humildes del equipo, me dijo que ahí estaba ella para cualquier cosa que necesitara»

Sale Rose Zhang, el portento del golf femenino que en dos años como universitaria en Stanford lo ha ganado todo antes de hacerse profesional antes de verano (y adjudicarse el triunfo en su estreno), y entra Paula Martín. Dicho así como que asusta, ¿no? «El prestigio de mi universidad a nivel deportivo en los últimos años sí que me da un poco de respeto, pero el académico un poquito más que el deportivo, pero qué duda cabe de que Rose Zhang ha pulverizado todos los récords del programa y batir los suyos va a ser complicado, pero bueno, nunca se sabe, ¿no?», afirma entre risas la joven con licencia en La Herrería.

Paula Martín
Paula Martín.

Conoce el campus y también a la jugadora californiana por una visita que hizo al campus en octubre del año pasado: «Fui un par de días después del Mundial de Canadá de octubre. Brutal. Las facilities del golf son una auténtica locura, estuve también en una clase, en general el campus me pareció precioso e intuyo que la gente que conoceré será increíble también. Rose Zhang estaba allí, claro. De hecho, estuve con todo el equipo y me organizaron planes muy chulos, estuvimos en la bolera, fui a comer un día con una, a cenar otro día con otras… Estuvo bastante bien no tanto para conocer la universidad, que también, sino para empezar a integrarme en el equipo. Mis compañeras participaron muy activamente en la visita. Y Rose me sorprendió muchísimo porque era una de las más humildes del equipo, me dijo que ahí estaba ella para cualquier cosa que necesitara, que Stanford es una pasada y que van a ser cuatro años espectaculares en mi vida. Alucinas por cómo habla y cómo se dirige a ti, me dio una sensación de humildad increíble. Y luego tuve la suerte de verla en la cancha 15-20 minutos y flipé. No falla una bola, parecía que estaba on repeat todo el rato, impresionante», recuerda.

No le dio un consejo en particular, pero sí se queda con una primera lección la jugadora española: «Desde luego lo que me llevé aprendido de ella es que se puede manejar y llevar al día tanto el nivel académico, porque además ella es una estudiante de diez, como el golf. No lo sé con exactitud, pero entre seis y siete horas diarias te puedo asegurar que entrenaba. En principio puede parecer medio imposible ese nivel de entrenamiento y sacarte una carrera en una universidad como Stanford, pero si ella lo ha sabido llevar, imagino que otras podremos también», afirma Paula, que volverá a coincidir con Rose en enero, cuando la hoy profesional volverá al campus para hacer exámenes: «Ella quiere terminar la carrera y, como vive en California, cuando no esté compitiendo irá por el campus para alguna gestión académica o para examinarse. Es probable que la vea por allí».

«Aún no tengo ni idea», responde cuando se le pregunte por qué carrera elegirá; «muchas universidades americanas te dejan un margen de uno o dos años para decidir el grado y no tengo muy claro qué haré, la verdad. Me gusta la rama de Economía, Business y demás, pero luego hay carreras muy interesantes en Stanford que combinan ciencia, tecnología, muchísimas cosas diferentes, y escogeré asignaturas distintas, exploraré intereses e igual me sorprendo y acabo estudiando algo que ahora veo prácticamente imposible».

«Hay muchísimas niñas siempre arriba luchando por los torneos. damos muchísima guerra y lo de este año ha sido brutal, ganando los dos Europeos»

Con Anne Walker, la coach de Stanford que lleva más de una década al frente del programa, ha estado en contacto el pasado curso e incluso se han visto porque «vino al British Girls el año pasado y me encanta, aunque qué te voy a decir yo, claro, pero es una pasada. Todo lo que me cuentan de ella me da una tranquilidad tanto a nivel golfístico como mental. Transmite confianza en el equipo». En Stanford estudió otro de los dioses del golf: Tiger Woods. «Seguro que oiré hablar muchísimo de él allí. A ver si tengo la suerte de coincidir, no creo pero quién sabe».

Paula forma parte de una generación excelente entre los 16 y los 20-22 años. ¿Tan buena es la cantera española femenina? «En general hemos tenido siempre fama en Europa de ser de las más competitivas, pero esta generación es una auténtica pasada. Hay muchísimas niñas siempre arriba luchando por ganar torneos y no sólo en España, salimos a Europa y damos muchísima guerra. Y lo de este año ha sido brutal, ganando los Europeos absoluto y sub 18, algo que hacía 20 años que no se conseguía. Es para estar muy orgullosos y dice mucho de que la cantera española ahora es una auténtica pasada. Ojalá siga siendo así durante muchos años». Y ganemos el primer Major femenino… «Exacto. Que pase de los Europeos a los Mundiales, después en Estados Unidos y luego a nivel profesional».

A poco más de dos semanas de cumplir los 18 añitos, va a por todas al reino de Rose Zhang y de Tiger Woods. Sus palabras denotan que se dejará el alma para brillar en el golf y en los estudios. Habrá que seguir muy de cerca sus palos en un lugar tan insigne que cuenta con 27 Premios Nobel entre su profesorado a lo largo de la historia. Paula Martín Sampedro va en busca de la excelencia y se dejará la piel por conseguirla.