Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Rose aún tiene clavado en un costado aquel rebote en la traviesa…
El inglés lamenta no haber podido jugar más partidos con Jon Rahm en la Ryder Cup

Rose aún tiene clavado en un costado aquel rebote en la traviesa…

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Justin Rose, en el Acciona Open de España.
Justin Rose, en el Acciona Open de España.

Han pasado cinco años desde que una pelota de Tony Finau rebotó en la traviesa del lago del 16 del Golf National de París y acabó a un metro de la bandera. Para birdie. Cinco años desde que Finau y Koepka ganaron aquel hoyo para empatar el partido inaugural de la Ryder Cup. Un fourball contra Jon Rahm y Justin Rose. Era el primer partido en la carrera del golfista de Barrika en una Ryder. Cinco años han pasado, pero Rose aún lo tiene clavado como una daga en el costado. La pareja americana ganó aquel partido en el hoyo 18 por 1 arriba y Jon y Justin no han vuelto a jugar juntos.

«Jugar con él fue fantástico. Nunca estuve preocupado por él. Jon siempre ha sido un jugador top class. Pero obviamente a aquella Ryder Cup yo llegaba como Número Uno o Dos del mundo y sentía que debía llevarlo bajo mi ala, algo que sin embargo él no lo necesitaba. Jugamos bien y pudimos ganar, pero no tuvimos suerte. Me da rabia porque perdimos el partido y ya no he vuelto a jugar con él. Ojalá hubiéramos ganado aquel partido porque posiblemente habría tenido la oportunidad de jugar más con Jon. Los españoles han tenido varias parejas legendarias. Me habría gustado jugar más con Jon», explica Rose en la previa del Acciona Open de España, consciente de que un triunfo en aquel partido igual habría cambiado la historia. El inglés juega por primera vez este torneo y también visita Madrid por primera vez.

Rose alucina con la evolución que ha tenido aquel Jon de Francia con el de Roma. «Se ha convertido en un jugador fenomenal, un ganador, lleva la competición en la sangre, tiene dos majors, su palmarés habla por sí mismo. Es alguien al que se ve desde el principio. Lleva fuego en los ojos, un brillo especial, muy encendido cada vez que está peleando por ganar un torneo. Es un jugador fantástico, con grandes momentos en su carrera. Nunca se rinde y jugó una Ryder Cup espectacular en Roma, en especial ese domingo contra Scottie Scheffler. Su medio punto fue muy importante para el equipo», explica.

No hay que descartar, no obstante, que Rose y Rahm vuelvan a jugar juntos en una Ryder. Quién sabe incluso si podría ser dentro de dos años en Nueva York. Esa es la ilusión del inglés. «Me encantaría ser capitán en el futuro, me gusta la química de equipo, las reuniones, la toma de decisiones, el trabajo que se hace, pero aún me considero joven. Quiero seguir estando como jugador y también me gustaría vivir antes la experiencia de ser vicecapitán. Ojalá pueda serlo en el futuro, pero no hay prisa, es lo que siempre me han dicho otros capitanes, que no hay que correr para esto», señala entre risas.

Si alguien tiene peso para hablar sobre la importancia del golf español en la Ryder Cup, ése es Justin Rose. El campeón del US Open ha jugado en seis ediciones y ha ganado cuatro. «La Ryder Cup y el golf español son como la uña y la carne, están unidos, van juntos. El golf español es inspiración. Seve era el latido del equipo europeo de la Ryder Cup y José María Olazábal ha sabido mantener vivo ese latido con su juego, su aportación y sus historias. Las generaciones más jóvenes no han olvidado a Seve, pero obviamente el hueco es cada vez mayor y Olazábal se encarga de mantener vivo ese latido. Es el legado. Es una de las claves del espíritu de equipo que tiene Europa en la Ryder Cup. Después, hemos tenido también las aportaciones impresionantes de Sergio García o Jon Rahm. Sí, definitivamente, la Ryder Cup y el golf español están unidos para siempre».

Lo que no termina de ver tan claro el jugador inglés es una capitanía de Sergio García dentro de dos años. «No sé lo que pasará. Obviamente, por sus números y lo que ha hecho en la Ryder Cup merece por supuesto la capitanía, pero ser capitán implica también algo más que los números, estar cerca de los jugadores, compartir momentos, convivir… Si el golf sigue como está ahora, con LIV Golf por un lado y el PGA Tour y el DP World Tour por el otro parece difícil mantener esa cercanía. Hay que ser un capitán efectivo y no sé si eso es posible con la situación actual. En cualquier caso, es innegable lo que Sergio ha hecho por la Ryder Cup. Este mismo año ha mandado varios mensajes a algunos compañeros en el vestuario dando ánimos».

Por último, en cuanto al Open de España, Rose no da crédito al -25 con el que ganó Rahm hace un año. «Cuando vi ese resultado y llegué al Club de Campo, pensé que me iba a encontrar un campo mucho más fácil… Para nada. Es muy complicado. Creo que el rough está más largo y denso que el año pasado, los greenes se están poniendo duros… No, definitivamente, no veo a nadie ganando con -25 este año», remata.