El golf se empeña muchas veces en ser puñetero y tozudo. El día que mejores sensaciones ha tenido Adri Arnaus (-10) de tee a green es también el que peor resultado ha hecho. No traten de explicarlo. Este deporte es así. El golfista de Moià ha entregado una tarjeta de 70 golpes en la tercera jornada y se ha mantenido en la pelea por ganar. Saldrá a cuatro de McIlroy. Es una distancia importante, pero nadie le va a impedir a Arnaus pensar en la remontada. No sólo porque puede, sino porque él está convencido que puede, y eso es al fin y al cabo lo más importante.
Arnaus ha arrancado el día como un avión. Metía un putt de birdie sensacional de más de siete metros en el hoyo 1 y poco después enchufaba un chip magistral de eagle en el 3 desde unos 25 metros. Pim, pam. Así se colocaba en todo lo alto de la clasificación, pero lo más importante es que desde el tee comenzaba a ofrecer más consistencia que en días anteriores. Su driver ya está carburando y esto es una pésima noticia para sus rivales. ¿Cómo lo ha conseguido? Tiene su historia…
Al acabar la segunda ronda el sábado se marchó directo al campo de prácticas para probar algunas cosas. Adri es un golfista de sensaciones y muchas veces encuentra algo a lo que agarrarse vaciando cubos, pero otras muchas lo consigue sólo con un gesto, una idea o un swing en el sitio más insospechado. Este es el caso que nos ocupa.
El golfista español siempre tiene un hierro 6 y un wedge en el salón de su casa. Hay personas que tienen un paragüero o un revistero y otros tienen palos de golf. Ayer echó mano de ellos y agarró una buena sensación reproduciendo el movimiento en la sala de estar. Hoy ha conseguido llevar ese gesto al Emirates Golf Club. No sólo es el hecho de que haya cogido más calles, que también, es que ha ido más largo. Han sido muchos drives marca de la casa. En los nueve primeros hoyos han superado todos las 300 yardas, un uno excepcional en el 9 de 332, curiosamente donde después hacía el único bogey del día.
Uno de esos pocos drives que hoy, sin ser malo, le han penalizado mucho ha sido en el 13, par 5. Ha sido largo, pero ha terminado en el rough de la derecha. Desde ahí no ha tenido suerte y, quién sabe, si la decisión no ha sido más arriesgada de la cuenta. Ha ido con todo desde el rough, ha pegado en una palmera y ha caído muerta justo al lado, en la arena. Un error que encadenaba con otro. Falló también el tercer golpe y acabó en el agua. Doble bogey. Un parón en toda regla cuando era líder del torneo.
Pero Arnaus no es de los que se descompone fácilmente. Tiene esa enorme virtud. Resetea como pocos. Después del error en el 13 se ha ido dejando opciones de birdie. No ha conseguido materializar ninguna hasta el 18, pero ha logrado marcharse con un buen sabor de boca. Drive espectacular en el último hoyo, sí se la ha jugado con el driver, cuando muchos, hasta él mismo, pega la madera 3 porque hay riesgo de cruzarse al agua en caso de no cazar la línea perfecta, buen segundo golpe, gran sacada desde la arena y otro buen putt de unos tres metros. «He sacado el driver en el 18 porque quería terminar con esa buena sensación y ha salido bien», comentaba. Y el lunes, a seguir atacando… Si mantiene el drive como hoy y sigue con ese gran juego corto y putt, puede pasar de todo en la ronda final.
