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Adri cumple 29 años de vida y uno de jugoso (y durísimo) aprendizaje

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Adri Arnaus. © Golffile | Pedro Salado
Adri Arnaus. © Golffile | Pedro Salado

Adri Arnaus cumplió ayer, martes 17 de octubre, 29 años. Hasta se le cantó el cumpleaños feliz después de que la Armada española posara para la clásica foto de familia que se hace en todos los torneos que se celebran en España.

Ni siquiera él sabe ahora mismo qué clase de regalo podrá hacerse a sí mismo esta semana en el Estrella Damm Andalucía Masters que se disputa en el Real Club de Golf Sotogrande a partir de este jueves. Sirva como pista, en todo caso, el hecho de que el jugador se está viendo muy bien en los últimos tiempos, aunque de momento sea en rondas sueltas o tramos concretos. La de hace dos semanas en Carnoustie, por ejemplo, un 64 de altos vuelos. O mismamente la del pasado sábado en el Club de Campo madrileño (tarjeta de 68 y sensaciones que estuvieron por encima del resultado).

Hace muy poquito tiempo se cumplía un aniversario de otro tipo en la vida del jugador de Moià, puesto que a principios de octubre de 2022, un año largo ha transcurrido, sentía por primera vez de una manera nítida las señales de una lesión que lo ha llevado por la calle de la amargura. Ocurrió durante el Alfred Dunhill Links del año pasado: se levantó un día de la cama y enseguida notó que algo no marchaba muy bien en la zona cervical. Aquella semana terminaría el torneo, y no demasiado mal, por cierto (puesto 22º), pero aquello era una bola de nieve que había echado a rodar, ganando peso y tamaño a cada paso…

“Ha sido un año de aprendizaje. De mucho aprendizaje. Y, por eso, aunque ha sido complicado, no lo cambiaría por nada”, señala el jugador español. A Arnaus, como se ve, no le cuesta mucho ver el lado positivo de las cosas, pero ha habido momentos realmente duros. “Lo peor fue en el PGA Championship. Fallé el corte por un golpe, pero es que si lo hubiese pasado tengo muy claro que no podría haber jugado el fin de semana”. En efecto, la recaída más grave había llegado en el peor momento, justo la semana de un Grande.

Ahora lleva ya dos meses sin sentir ningún dolor en esa protusión de la C-5 que le fue diagnosticada en su día y que tantos dolores de cabeza le ha procurado. De la mano de Kevin Duffy, entrenador, con quien comenzaría a trabajar precisamente después de sufrir la lesión, ha practicado mucho algunos ejercicios posturales, algo que sigue haciendo a día de hoy, buscando también un swing menos ‘agresivo’, precisamente para proteger su anatomía. En su equipo, además, vuelve a aparecer a día de hoy Nacho Garrido, que se ha reincorporado este pasado verano. Necesitaba Adri que ambos, Garrido y Duffy, fueran complementarios y en efecto ambos técnicos han encontrado la sintonía imprescindible para remar en la misma dirección.

“Estoy feliz por jugar sin dolor. Después del Open tenía un mes libre por delante y tenía dos opciones; descansar o trabajar duro en el gimnasio para fortalecer, que es lo que hice”, explica Arnaus. Y añade: “La idea ahora es volver a lo que mejor funcionó durante los años 2018, 2019 y principios de 2020, un tiempo en el que hice un swing con muy buen ritmo y todo más sincronizado. Eso es lo que estoy comenzando a sentir en algunos momentos, en algunas rondas, como que las cosas salen fáciles, sencillas, con buen ritmo, y eso es una gozada”.