Alejandro del Rey (-7) ha entregado este sábado una madrugadora tarjeta de 66 golpes en la tercera jornada del Alfred Dunhill Championship y se ha situado en la zona noble de la clasificación, con opciones incluso de rascar algún buen zarpazo este domingo si los líderes se ponen a tiro.
Han sido siete birdies y un solitario bogey para rubricar el mejor moving day en diez meses, concretamente desde el Singapore Classic de febrero, donde finalizó en tercera posición. Como presagio no está nada mal. También es su mejor tarjeta desde la segunda jornada del Irish Open el pasado mes de septiembre.
Desvela Alex en conversación con Ten Golf que hoy se han adelantado un par de tees y que Leopard Creek está algo más asequible, aunque eso no resta un ápice de mérito a su ronda. De hecho, en el momento de escribir esta historia es la mejor tarjeta del día con la mitad de los jugadores ya acabados.
No obstante, quizá lo más positivo de esta tercera vuelta del madrileño es que se vuelve a demostrar a sí mismo que no necesita poner todo su arsenal en el tee del 1 para hacer tarjetas bajas. El mítico recorrido del Parque Kruger no es precisamente el lugar del mundo donde Alex se encuentra más cómodo. Es una de las semanas donde menos trabaja su driver. No entra en muchos hoyos y tiene que tirar de madera 3. A nadie se le escapa que el drive es el arma más poderosa del golfista de La Moraleja, uno de los pegadores más largos del mundo, por eso está muy bien sentir y comprobar que a contrahílo también es capaz de sacar ventaja a sus rivales.
Del Rey ha jugado este sábado un gran golf. Los hierros se ajustaron con la revisión videográfica que realizó con Dave Phillips la semana pasada y el putter ha acompañado. El mejor momento de su vuelta ha sido del hoyo 11 al 14, donde ha hecho cuatro birdies seguidos. Ha sido una pequeña exhibición. En el 11 la ha dejado dada, en el 12 la ha metido desde menos de dos metros, gran up and down en el 13 y un birdie más en el 14 metiendo un putt de cuatro metros. Alex on fire.
Además, acabó con birdie en el hoyo 18 para rematar una bella obra de arte que le permite mirar al domingo con otros ojos, con el objetivo incluso, por qué no, de mejorar la quinta posición que atrapó hace seis días en el Open de Sudáfrica. Y sin su principal arma de destrucción masiva a pleno rendimiento…
