Si tienen vacaciones estos días, deciden lanzarse a la carretera en busca de su ansiado destino estival y, de pronto, se cruzan con un coche que va cargado de maletas hasta las cejas, fíjense muy bien en el conductor o el acompañante porque bien podría ser un jugador del DP World Tour, quién sabe, quizá Luiten, Samooja o Marcel Siem*. Jamás en la historia del Circuito Europeo, o lo que es lo mismo, desde su creación en 1972, han tenido los jugadores tres semanas de vacaciones en plenos meses de julio y agosto.
Tras la finalización del Open Championship hay parón en el Circuito Europeo. Concretamente, tres semanas. Lo nunca visto. La competición volverá el próximo 17 de agosto con el inicio del ISPS Handa World Invitational, torneo donde defiende título el escocés Ewen Ferguson. Conviene aclarar que no se ha caído ningún torneo del calendario a última hora, sino que estaba así dispuesto desde el inicio del año. Es una rareza.
La ‘culpa’ más inmediata de este vacío tan prolongado en unos meses tan poco habituales para ello hay que buscarla en la Gales de Gareth Bale, que por cierto estuvo en el Open Championship de Hoylake. En los dos últimos años teníamos justo en estas fechas los dos torneos de Gales, el Cazoo Open y el Cazoo Classic. Además, se jugaba el Hero Open en Escocia. Ninguna de esas citas repite y de ahí vienen estas vacaciones forzosas. En esta época hemos tenido también en años anteriores campeonatos como el WGC FedEX St Jude, antes Bridgestone, Porsche European Open, el mismo PGA Championship, Paul Lawrie Match Play, Gleneagles, Madeira, Rusia…
En alguna ocasión en los últimos años hemos llegado a tener dos semanas sin torneos en verano, como por ejemplo en 2019, 2016 o 2013, pero nunca se llegó a los 21 días. Obviamente, aquí la risa va por barrios. En general, los golfistas agradecen este parón ‘obligado’ para cargar las pilas, poner el contador a cero y recuperar energía, sin embargo aquellos que están peleando por salvar la tarjeta estarían encantados de seguir teniendo oportunidades para sumar puntos. Nunca llueve a gusto de todos.
Ya decimos que el descanso de tres semanas sin competir en pleno verano no se ha producido ningún año en la historia del DP World Tour, ni siquiera en el maldito año de la pandemia de coronavirus en 2020, ya que fue precisamente en junio cuando se reanudó la competición y ya nunca se paró. Es más, en los primeros 25 años del circuito era más que habitual que hubiera otro torneo la semana del PGA Championship, cuando se jugaba en agosto, y del US Open. Por contra, jamás el circuito europeo ha contraprogramado la misma semana del Open Championship hasta estos dos últimos años con el Barracuda, evento compartido con el PGA Tour.
Tres semanas sin competir es extraño sea la época que sea en el Circuito Europeo. La última vez que sucedió fue en 2012, en el primer tercio del año, entre el Avantha Masters y el Open de Andalucía que ganó Julien Quesne en Aloha. En verano, jamás. Para todo hay una primera vez. Estén atentos estos días en las carreteras.
*Es imposible no visualizar las vacaciones de Marcel Siem de otra manera que viajando en una Kombi, la mítica furgoneta hippie de Volkswagen.
