«Niño, tira ‘pallá’ a la caja de herramientas y me traes la trece-catorce». El aprendiz del taller de automóviles acudía raudo y se volvía loco buscando la llave solicitada por el resabiado mecánico. Nunca la encontraba. Simplemente, porque no existía. La numeración de las llaves pasaba de la doce-trece a la catorce-quince. Después de varios minutos de infructuosa búsqueda, el resto de mecánicos prorrumpían en una sonora carcajada. Era la clásica novatada. Una jugarreta al recién llegado.
Con el tiempo, esta expresión se incorporó al sabio y vasto refranero popular español y se utiliza cada vez que alguna persona le hace una mala jugada a otra. Pues bien, hoy Jon Rahm ha hecho una trece-catorce en la primera ronda del Acciona Open de España. En este caso, no se trata de ninguna novatada, ni mucho menos, es algo bastante más literal. El golfista de Barrika ha hecho birdie en el hoyo 14 en su decimotercer intento. Trece veces ha jugado con la de hoy este par 5 y su parcial extraordinario es de -17. Impresionante. Ni un par, ni un bogey, ni nada que se le parezca. Su camino sigue impoluto. Sigue haciendo magia.
La trece-catorce ha sido clave en su vuelta, pues ha sido aquí donde se ha puesto en marcha después de dejar escapar cuatro buenas opciones de birdie en los cuatro primeros hoyos del día (empezó por el 10). A partir de ahí, cuatro birdies más y un solo bogey. Vuelta de 68 golpes y ya está arriba en la clasificación, a sólo dos golpes de los líderes Mike Lorenzo Vera (-6) y Eddie Pepperell (-6).
Todo arrancó con un drivazo en el 14. «¿Pero tú has visto eso? ¿Has visto dónde la ha puesto? Pero sí yo llego ahí de dos… De locos». Estas frases son auténticas, recogidas de socios del Club de Campo que estaban apostados en el green del hoyo 14 esperando el segundo golpe de Rahm. Fueron más de 300 metros, cortando el dog leg hacia la izquierda. Este gran drive de Jon es sólo un botón de muestra del espectacular rendimiento que ha tenido desde el tee. Se siente cómodo en este campo. De hecho, hoy se ha hecho 68 golpes y realmente no ha podido muchos más. Si hubiera tenido un día inspirado con el putter, Rahm estaría ahora mismo al mando de las operaciones del Open de España.
Jon ha cumplido con las expectativas de los numerosos aficionados que han aprovechado el día festivo para acudir en masa al Club de Campo. Desde que ha salido a las nueve y media de la mañana había ya mucha gente siguiendo su partido… y muchos niños. Ha sido una gozada y Rahm no ha defraudado. Ya está colocado ahí y, sobre todo, ha demostrado que el gran juego que desplegó en la Ryder Cup de tee a green sigue estando ahí. Es obligatorio frotarse las manos.