Jon Rahm (-12) peleará este domingo por ganar su primer torneo BMW PGA Championship, su sexto Rolex Series y el undécimo en el DP World Tour. El golfista de Barrika se ha fabricado esta bonita una oportunidad con una gran jornada de 66 golpes que, eso sí, no siempre fue como la seda. Arrancó como un cañón, se le torció a mitad de camino y acabó resolviendo por K.O. como los grandes campeones, justo cuando parecía que estaba contra las cuerdas y la opción de victoria se alejaba.
Su puesta en escena en el moving day ha sido demoledora. Par sin sufrir en el 1, par sin sufrir en el 2 y cinco birdies en los siguientes seis hoyos, los cuatro primeros, en el 3, 4, 6 y 7 jugando de libro, pegando tirazos y dejando dos bolas dadas. El último del 8 que abrochaba esta mágica secuencia lo hacía sacando un birdie que no existía. Tras meterse en muchas dificultades de salida, conseguía cazar el green con el segundo golpe y metía un putt descomunal de casi doce metros. Sensacional.
Jon cerró los nueve primeros hoyos del West course de Wentworth con un parcial de 30 golpes. Este resultado es espectacular. Nadie ha conseguido ni siquiera igualar este registro en los primeros nueve esta semana y es también el mejor de Jon en sus diez rondas disputadas aquí. Treinta golpes en los nueve de ida son un bonus y, cómo no, invitaban a frotarse las manos con lo que apuntaba a un vueltón antológico.
Mucho más cuando arrancó otro birdie en el 11 con el enésimo tirazo del día a menos de un metro del agujero. Jon se colocaba con seis menos en el día y tres pares 5 por delante. Y jugando como los ángeles. A más de uno le castañeaban los dientes.
Sin embargo, a partir del 12 se empezó a torcer el asunto. Su segundo golpe a green ya no fue bueno, tampoco el chip y acabó saliendo con un par que le dolió. Hasta cierto punto, Jon, después de haber pegado una gran salida en este par 5 y poder atacar el green de dos desde algo menos de 160 metros, casi se había apuntado el birdie en su cabeza. Hizo daño.
A partir de este momento, el campeón del Masters comenzó a jugar peor. Hizo bogey en el 13 tras fallar el segundo golpe y salvó dos pares muy buenos en el 14 y 15 metiendo dos putts muy delicados de más de dos metros. En el 16 volvía a hacer bogey fallando de nuevo el hierro a green. Todo lo que había construido de manera fabulosa en los primeros once hoyos empezaba a tambalearse y, con ello, sus opciones de victoria.
Precisamente ahí, cuando estaba contra las cuerdas, sacó el genio y la clase de los grandes campeones, arrancando dos birdies en los hoyos 17 y 18 sin tan siquiera jugar bien. El segundo y, sobre todo, el tercer golpe del 17 fueron pobres y los dos primeros del 18 acabaron en el búnker. Sin embargo, las cosas de Jon y de los gigantes. Con dos ganchos se fabricó un K.O. para cerrar la vuelta. El primero fue en el 17, al embocar un putt de más de diez metros, mientras que en el 18 pegó un tercer golpe desde el búnker, a 100 metros de la bandera, y la dejó a dos del hoyo. Excepcional. Dos birdies. 66 golpes. Y a pelear mañana por el triunfo. Está a cuatro del líder Ludvig Aberg (-16).
Rahm ha sido lo mejor de largo de la actuación española en esta tercera jornada. Empezaron arriba también Jorge Campillo (-7), Pablo Larrazábal (-7) y Rafa Cabrera Bello (-5), pero los tres se han dejado mucho terreno con vueltas de 72, 71 y 73, respectivamente. Ya no podrán luchar por el triunfo, pero sí queda mucho por lo que batallar este domingo. Además, Adrián Otaegui (-5) ha hecho 71 golpes, Santi Tarrio (-4) ha hecho 70 y Adri Arnaus (-1) ha hecho 73.
