– El partido de Justin Rose, Jorge Campillo y Victor Perez sale andando del tee del 17 y se ve como el caddie del español, Jesús Legarrea, va charlando con Rose y ambos se ríen con ganas… En una ronda de golf da tiempo para todo: Legarrea le estaba contando una pesadilla que en su día tuvo José María Olazábal y que tenía como tétrico escenario el tee del 16 del Club de Campo, donde hay unos árboles que están muy cercanos a la posición del jugador. Resulta que Chema, en sueños, subía el palo para atizarle a la bola y se le quedaba enredado entre las ramas… Rose se partía de risa.
– El inglés, por cierto, ha jugado muchísimo mejor de lo que indica su registro de 71 golpes, pero es que, tal y como el propio jugador comentaba al terminar la ronda, poco o nada se puede hacer cuando se fallan nueve putts en torno a los tres metros de distancia…
– Sacada larguísima de bunker magistral de Pablo Larrazábal (-3) en el hoyo 13, donde salva otro par fabuloso. Lo de ‘otro’ tiene todo el sentido, ya que el español se ha hartado hoy de fallar calles, pero igualmente terminaba firmando una tarjeta de 68 golpes que sólo él y muy poquitos más, en tales circunstancias, pueden firmar. A la salida del green le esperaba Thorbjorn Olesen, que le hacía un guiño de complicidad, rindiéndose al genio de Pablo, mago de las recuperaciones. “Es que Olesen y yo hemos jugado, yo qué sé, cuarenta rondas juntos en los últimos años y ya sabe lo que hay…”, señalaba en broma el español. “Cuánto me alegro de que Olesen esté con nosotros y en forma, porque este circuito necesita jugadores como él», añadía. El danés, por cierto, entregaba también un 68. Cada cual a su manera, por supuesto.
– El final de la ronda de Gonzalo Fernández Castaño ha sido algo así como una película de Indiana Jones… Gran escapada en el 15 desde el tee, pero con final feliz, tras una genial recuperación; una escapada aún más grosera en el 16, desde cuyo tee se iba a un bunker del hoyo 12 y se quedaba en una situación poco menos que dramática, a unos 185 metros del hoyo, pero desde allí pegaba un hierro 5 letal que iba abriendo y que terminaba dejando la bola dada para birdie; en el 17, una nueva recuperación de locura, enchufando un putt de más de cuatro metros; y en el 18, después de empalar una gran salida, la bola, situada en cuesta, se le movía y se le quedaba apoyada en el palo cuando estaba a punto de pegar el segundo golpe, de tal manera que se veía obligado a anotarse un golpe de penalidad…
– Clement Sordet ha protagonizado hoy la auténtica tragedia de la jornada, al apuntarse un ‘13’ en el hoyo 4, par 5. Y eso que pegaba el segundo tiro desde el centro de la calle. Pero salía muy desviado a la derecha y la bola se quedaba en un desnivel pronunciadísimo y medio enterrada en una zona espantosa de arena y desperdicio… Ha pedido un alivio sin penalidad, pero no se le ha podido conceder. La regla dice que se puede dar si es zona de escombro y leña cortada que se piensa recoger, pero no es el caso. Eso se queda siempre ahí. Desde allí, dos topazos, otro tiro que pegaba en un árbol y dejaba la bola injugable, otra injugable y todo ello aliñado con un par de dropajes con penalidad… En fin, un drama.
– Los números hablan por si solos: drivazo de locura de Alejandro del Rey (-3) en el hoyo 18, que hoy no se jugaba desde el tee adelantado, para dejar la bola al borde del green. El madrileño venía encendido después de hacer bogeys en los hoyos 16 (erraba un putt muy cortito) y 17. No me diga usted más.
– Alfredo García Heredia (-2) ha sufrido hoy un accidente de lo más desgraciado. Saliendo del baño que tienen los jugadores en el hoyo 10 se pegaba un tajo en un dedo con un filo traicionero… A pesar de lo aparatoso de la escena, el asturiano pudo ser atendido en el mismo campo por un médico y, con una protección adecuada, seguir jugando y terminar su ronda por los pelos (por la falta de luz) con un buen resultado de 69 golpes. Quizá mañana le moleste un poco más, pero aquí se trata de ir salvando los problemas según se presentan…
