Sergio y Valderrama, vaya parejaza. Veinte vueltas de competición ha completado el de Borriol al recorrido de Sotogrande en los últimos doce años, contando con la que hoy ha cerrado en la primera jornada del LIV Golf Andalucía, y su media es de 69,45 golpes. Conviene darse cuenta de que todo lo que sea una media por debajo de setenta golpes en este campo es una pequeña o gran marcianada, mucho más en el caso tan elevado de número de rondas.
Antes, por supuesto, también había descollado el español en este escenario, donde casi siempre se las arreglaba para resultar un factor de peso, pero nos centramos en este último periodo (2011-2023), porque es en el que se disparaban sus registros: cinco comparecencias en este tiempo en torneos del DP World Tour con tres victorias, un tercer puesto y un séptimo como peor resultado, que se dice pronto.
Victorias con registros más justitos y exigentes (ganaba con -6 en 2011 el Andalucía Masters), con otros más amplios (con -12 cantaba victoria en 2017 y 2018). Ha triunfado, mucha atención, en torneos a cuatro vueltas, como es obvio, tratándose de citas del circuito europeo, pero también lo ha hecho ya a tres vueltas, antes incluso de marcharse a LIV, pues en 2018, año de su último triunfo, se cerraba el torneo a 54 hoyos por inclemencias meteorológicas.
Ha ganado o ha terminado siempre dentro de los puestos notables en semanas o jornadas ventosas y de calma chicha, con el plan A o el plan B, con grip de putter en pinza o tradicional, a las malas o a las buenas, arrancando ya como líder el torneo o viniendo desde una segunda (aunque avanzada) línea… A García le importa mucho el dónde, Valderrama, y poco o nada el cómo, cuándo o de qué manera. Siempre encuentran Valderrama y él la manera de cerrar la cita con un buen arreglo.
Tampoco ha comenzado nada mal el encuentro de estos dos tortolitos en 2023, luego de no verse las caras en cuatro años, esta vez bajo el formato de LIV Golf: registro de 70 que de momento lo sitúa en séptima posición, a sólo tres golpes del líder, Dustin Johnson (-4). El asunto tiene todavía más enjundia si se reconoce (así lo ha hecho el propio jugador al terminar) que hoy, con el juego desplegado, demasiado inconsistente, no podía haber hecho ni un golpe menos. En el 17, por ejemplo, se iba al agua de dos, pero sacaba un par muy valioso. Y en el 8 firmaba uno de sus tres birdies del día enchufando un putt larguísimo… Normalmente en Valderrama una versión de juego gris no le llega a nadie para ganarle al campo. A Sergio, sí.
Sólo quince jugadores han ganado hoy al campo, con mención especial para los dos colíderes, Dustin Johnson (-4), capaz de someter al campo que sea sin aspaviento alguno, y Jason Kokrak (-4), que se ha marcado un 67 en su primer contacto con Valderrama. Nunca lo había jugado hasta esta semana, pero es que no había podido tampoco jugarlo hasta hoy mismo, primer día de competición, porque los palos no le llegaron hasta ayer. Si Sergio encuentra la manera de pegar con mayor finura y solidez, no hace falta señalar que se convertirá en un dolor de cabeza para D. J. o quien quiera que sea. Y si no la encuentra, quizá, también…
