La respuesta de Rory McIlroy al anuncio de la USGA y del R&A de implantar medidas para limitar la distancia en el golf ha sonado igual de contundente que uno de sus habituales drives de 300 metros. Zambombazo serio del golfista norirlandés. No se ha mordido la lengua, no. Más bien al contrario. «Creo que es un auténtico despilfarro de tiempo y dinero», sentenció ayer en su comparecencia previa al Waste Management Phoenix Open.
McIlroy está convencido de que la USGA y el Royal & Ancient están errando el tiro de lo que realmente necesita el golf para crecer y prosperar. «Están siendo muy cortos de miras. Buscan cambiar algo que realmente afecta al 0,1 por ciento del golf mundial. El 99,9 por ciento de los jugadores del golf lo practican por entretenimiento y diversión y no necesitan que nadie les diga qué palos y bolas pueden jugar», explica. Desde su punto de vista, habría que volcar los esfuerzos en hacer «el golf más accesible y asequible para la mayoría».
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En este sentido, McIlroy no tiene ninguna duda de que ese dinero estaría mucho mejor empleado en otras causas. «Sinceramente, este dispendio en el estudio sobre la distancia me parece un desperdicio de tiempo y dinero, que se podría haber dedicado a acercar el golf a más gente, a los más pequeños y a las minorías, por ejemplo», señaló. Y abundó: «he escuchado a Mike Davis decir que estas medidas van encaminadas a proteger el golf para los próximos cien años. Así no se hace. Esto es muy pequeño e insustancial si lo comparamos con otras cosas. Son migajas. Deberían gastar el dinero en enganchar a más gente al golf», sentencia.
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McIlroy insiste en que el golf profesional es la parte menos importante de este deporte. «Somos una porción muy pequeña del pastel. Ellos deberían dedicar sus esfuerzos y presupuesto a la otra gran parte». En otras palabras, Rory no se opondría a crear reglas diferentes para profesionales y amateurs, un concepto al que tanto la USGA como el Royal & Ancient parecen tener alergia. «No me parece lo peor. Si nos lo quieren poner más difícil y apretarnos para sacar lo mejor de nosotros mismos, estoy de acuerdo con eso», apuntó.
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Rory finalizó con un mensaje igual de contundente que todo lo anterior. «Se pueden gasta el dinero que quieran en todo esto que no van a cambiar nada. Los fabricantes ya encontrarán la manera de mejorar el material porque son muy buenos en eso».
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Palabras duras que seguro obtendrán respuesta por parte de la USGA y el Royal and Ancient. Veremos si este cisma abierto con una de las estrellas mundiales no acaba abriendo una brecha entre los profesionales y las instituciones que gobiernan el golf.
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