Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Dos anécdotas que definen la mentalidad de campeón de Rahm
La disertación de Jon Rahm sobre la mentalidad de un campeón

Dos anécdotas que definen la mentalidad de campeón de Rahm

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Jon Rahm durante la primera jornada del The Open Championship 2022. © Golffile | Malcolm Mackenzie
Jon Rahm. © Golffile | Malcolm Mackenzie

Jon Rahm no piensa en otra cosa cada semana que compite que en ganar en el torneo. Y si no puede ser, en quedar segundo. Y si eso también es imposible, en quedar tercero. La filosofía se resume en acabar lo más arriba posible dónde y cuándo sea. Es mejor acabar el 30º que el 31º.

Esta afirmación puede parecer de perogrullo. Pero no crean que siempre es así. Hay muchos golfistas que juegan haciendo cuentas, especialmente en los últimos hoyos, pensando más en lo que pueden perder que en lo que pueden ganar. A Jon no le interesan las calculadoras. Sólo las aplica cuando el juego ha terminado.

Este martes el golfista de Barrika ha contado una anécdota que lo explica muy bien. Ocurrió el año que se pasó de amateur a profesional, en esos seis torneos que tuvo para sacarse la tarjeta del PGA Tour.

«Recuerdo en Congressional (Quicken Loans 2016). Estaba jugando muy bien, un par de golpes por detrás el domingo. En el 17, debido a la adrenalina, mi golpe de colocación fue un poco  fuerte y se marchó al rough. Sin embargo, nunca se me cruzó por la mente tratar de pegarle al centro del green y hacer dos putts y par al 18 para garantizar el segundo lugar. Simplemente fui directo a la bandera. Me salió ‘flyer’, me fui largo, hice bogey, hice par en el 18 y terminé tercero. La primera pregunta que me hicieron es que acababa de perder 300.000 dólares que me habrían garantizado prácticamente la tarjeta. Mi respuesta fue: no estoy aquí para terminar segundo. Estoy aquí para ganar», relata.

No es el único ejemplo de lo que pasa por la cabeza de Jon cuando está en un torneo. «Lo mismo ocurrió en Canadá. Tenía un putt de tres metros en el 18 para empatar con Jhonattan Vegas y salir al playoff. Lo fallé. Una de las primeras cosas que me dijo Tim Mickelson, mi manager en ese momento, es que me había asegurado el dinero suficiente para garantizar la tarjeta del TOUR. Durante todo el vuelo de vuelta a casa desde Toronto a Phoenix, yo sólo pensaba en el hecho de que había fallado un putt de tres metros para posiblemente ganar un torneo», añade.

En este sentido, abunda Jon, su pensamiento en 2016 no era jugar muy bien para sacar la tarjeta, sino ganar un torneo y sacarse los derechos por la vía rápida. «Jugaba para ganar y ese era mi objetivo, quería ganar. No quería tener que jugar las seis pruebas. Quería ganar uno y poder elegir mi calendario y llegar a los Playoffs de la FedExCup. Tal vez un par de días después, me di cuenta, oh, Dios mío, tengo la tarjeta del TOUR. Pero en ese momento no estaba pensando en ello», asegura.

Estas anécdotas de Rahm vienen a colación esta semana porque en ningún caso está pensando en hacer cuentas para llegar a la Final de la FedEx lo más arriba posible. Su única idea en el Wilmington Country Club es ganar el torneo. «Mi objetivo es terminar lo más alto posible en la clasificación. Juego para ganar; y si no, voy a intentar acabar segundo; y si no, tercero; y así sucesivamente. El 30º es mejor que el 31º. Tan sencillo como eso. Mi mentalidad no cambia realmente. Sé que las consecuencias podrían ser mayores si al entrar en la próxima semana fallas un tiro o no, pero no puedes estar en la recta final pensando: si no hago un birdie voy a estar en el puesto 17 la próxima semana. Yo elijo centrarme en lo que tengo que hacer en este momento».

En cuanto a los Playoffs de la FedEx, Jon recordó que no es un fanático del sistema de la final con golpes de ventaja según la clasificación, aunque tampoco conoce una alternativa mejor. «He dejado clara mi posición al respecto en el pasado. No creo que sea el mejor sistema. No se llega a la Super Bowl y el equipo con el mejor récord comienza con una ventaja de dos touchdowns. O Djokovic no tenía una ventaja de un set sobre Kyrgios en Wimbledon. Creo que es absolutamente ridículo, pero es la mejor opción que tenemos ahora mismo. Entiendo que así se hacen las eliminatorias y entiendo que es más fácil para los espectadores y para nosotros saber lo que pasa. No sé cuál es la solución. Del mismo modo, es ridículo que puedas ganar todos los torneos del año hasta la Final, tengas una mala semana y puedas terminar 30º. No creo que sea justo, pero es lo que es», admite.