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El golfista de Barrika se despide con un buen final y una vuelta de par

Rahm no paró hasta encontrar el modo de irse con buen sabor de boca

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Jon Rahm
Jon Rahm. (© Golffile | Mateo Villalba)

Jon Rahm (+1) ha entregado una tarjeta de 72 golpes en la última jornada del Arnold Palmer Invitational. Resultado de par para ganar algún puesto en la clasificación. No era lo que buscaba. Ni de lejos. Es más, Jon no ha sido capaz de encontrar la manera de darle la vuelta a la tortilla desde aquel putt de par fallado en el hoyo 7 de la segunda vuelta. No ha sido por falta de ganas o actitud. Lo ha intentado por lo civil y lo criminal. Simplemente, no le ha salido. Fundamentalmente, no se lo ha permitido su juego desde el tee.

Ha sido un torneo pasado por agua. Demasiada agua. Se ha ido a los lagos de Bay Hill hasta en seis ocasiones, dos el viernes, dos el sábado y otras dos este domingo. Mucha penalización. Mucho nadar a contracorriente. Hoy buscó la remontaba a tumba abierta. Lo que se esperaba. Fue agresivo desde el tee y buscó los trapos. Casi lo encuentra en el 1, jugando el hoyo de libro, pero en el 2 pagó peaje tras acabar en el búnker. No era un mal tiro. Sólo se le quedó un poco corto. Después, en el hoyo 4 lograba un fantástico eagle metiendo el putt de la semana. Doce metros. Hoy impecable.

Su situación en el torneo no era para jugar a conservar, así que en el hoyo 6 se lanzó a por todas. Buscó una línea muy agresiva y acabó en el agua. Al segundo intento pasó por los pelos y terminó salvando un bogey con un buen putt. Llegaban los peores momentos, con cuatro bogeys en seis hoyos, algo similar a los de ayer. Malos tiros desde el tee, malas situaciones, otra bola al agua en el hoyo 11, esta vez de dos tras errar la salida al búnker… Daba la sensación de que la bola de nieve crecía y crecía y que no habría manera de pararla. Era el momento de pedir la hora y arrojar la toalla al cuadrilátero… Demasiadas dudas desde el tee. No ha estado cómodo. No es algo de esta semana, viene ya de hace tiempo, pero aquí en Bay Hill ha dado más la cara, lo ha podido tapar menos y le ha pasado factura.

Pero Jon jamás tira la toalla. Ni la lleva, de hecho. No conjuga el verbo rendirse. No ha parado hasta que ha encontrado la manera de marcharse de Orlando con un buen sabor de boca, mínimo para sus estándares, pero bueno al fin y al cabo. Ha terminado con tres birdies en los últimos siete hoyos (12, 15 y 16). Se ha dado el gustazo de hacer el primer birdie de su carrera al hoyo 15, después de encañonar, aquí sí, un drivazo descomunal. Ayer lo hizo por primera vez en el 5 y hoy ha tocado el 15, el hoyo más difícil del campo. Le quedan el 9 y el 11 para tener los 18 cubiertos.

Ese parcial de tres menos tiene más importancia de la que pueda parecer a simple vista. Le permite marcharse al THE PLAYERS, cita de la próxima semana, con un mejor cuerpo. Ha podido terminar con una vuelta de par, que no es poco para estas bestias de la competición. Toca encontrar la manera de sentirse más cómodo desde en los próximos días hasta llegar a Sawgrass. No es nada especialmente problemático, ya que es la parcela del juego donde mejor se desenvuelve y sabe tapar las grietas, pero sí se le ve con más inseguridad de lo habitual. Lo bueno es que lo demás está muy bien, sus hierros, su juego corto y su putter siguen estando en un momento dulce, y esto es una excelente noticia.

Resultados en directo del Arnold Palmer Invitational