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Una llamada de Tiger Woods frente a un puesto de perritos calientes

La surrealista historia del fichaje de Webb Simpson para la Presidents Cup

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Webb Simpson
Webb Simpson y Tiger Woods.

Davis Love III confirmó este martes de manera oficial que Webb Simpson será uno de sus asistentes en la Presidents Cup. Se une a Zach Johnson, Steve Stricker y Fred Couples. El nombre de Simpson llevaba tiempo flotando en el ambiente. Tiene todo el sentido. Es veterano, experto en Ryder y Presidents, muy respetado y conoce mejor que nadie Quail Hollow, el campo donde se juega este año el torneo. Es su jardín. Vive a unos kilómetros de allí.

La confirmación de su incorporación al equipo de Love III ha sido un alivio para Simpson. «Sinceramente, pensaba que era una cosa que podía pasar. Sigo con la idea de intentar clasificarme para el equipo, aunque sé que para ello voy a necesitar ganar algún torneo en breve y, sobre todo, meterme en la final de la FedEx Cup en Atlanta. Ninguna de las dos cosas será fácil. No he tenido un buen año y no va a ser sencillo, pero lo que no me quería imaginar es que una Presidents Cup se iba a celebrar en Quail Hollow sin estar yo involucrado de alguna manera».

Sin embargo, la intrahistoria de su fichaje da para un relato corto. Lo ha contado el propio Simpson. Love III lo confirmó ayer, pero a Simpson ya le había hecho ‘spoiler’ de una manera un tanto extraña. «El martes pasado estaba en casa, en Wilmington y fuimos con mi mujer y mis hijos al Trolley Stop, nuestro puesto de perritos calientes favoritos. Los niños estaban dando la lata al dueño del puesto, abriendo y cerrando la puerta, molestando y yo me estaba poniendo nervioso. Justo en ese momento me toca pedir a mí y al mismo tiempo me suena el teléfono móvil. Lo miro y era Tiger Woods. Lo cojo y sin dejar que hable le digo, perdona Tiger, te llamo yo ahora, no es el mejor momento…», describe Simpson.

Una vez tenía ya el perrito caliente en la mano devolvió la llamada. Woods le comentó que qué le parecía ser asistente de Davis Love III en la Presidents Cup. «Me dijo que le parecía un gran candidato y me daba todo su apoyo». La llamada emocionó a Simpson, pero cuando colgó el teléfono no era capaz de entender lo que había pasado. «Es un honor que Tiger diga algo así, pero claro, el capitán es Davis Love III, así que no sabía si me había llamado para decirme que era vicecapitán o si me daba el apoyo para serlo. No sabía si se había tomado la decisión y aún era algo que estaba en manos de Love III», explica.

En definitiva, Simpson se quedó un poco rallado. Esperaba ser asistente, pero no sabía si ya podía alegrarse oficialmente por ello. Todo se fue aclarando en las siguientes horas. «Al día siguiente me encontré con Zach Johnson y le conté lo que había pasado. Se rió y me dijo que algo de eso había, pero sin confirmarme nada. Después, ya por la noche, Davis me dio un grito y me dijo que sí, que iba a ser asistente. Así ha sido la historia. Yo estoy encantado. Creo que aún me quedan muchas cosas que hacer como jugador, pero me apasiona la Ryder y la Presidents, me encanta la labor de los asistentes y sería un honor algún día poder ser capitán».

En cuanto a su golf, Simpson explicó una aspecto muy curioso. La razón por la que no está jugando tan bien. Todo se remonta al año 2019. «Me esforcé mucho para ganar distancia, sobre todo desde el tee. Y me fue muy bien. Gracias a eso gané dos torneos, el Phoenix Open y el RBC Heritage, pero adquirí algunos vicios en el swing, malos hábitos. Cuando estás jugando bien y te salen las cosas no reparas en ello, no les das importancia. La confianza puede con todo. Pero poco a poco esos malos movimientos me han hecho fallar más y meterme en problemas. Llevo cuatro-cinco meses tratando de solucionar eso, quiero neutralizar esos malos hábitos. Estoy en ello y creo que vamos bien. La mejor noticia es que estoy cogiendo más calles y no he perdido distancia. Si consigo evitar errores tontos debido a malas decisiones, si juega con más cabeza e inteligencia, creo que puedo hacer de nuevo buenos resultados y pelear por las victorias».