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Las dos claves del salto de pantalla de Viktor Hovland

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Viktor Hovland, en el Arnold Palmer del año pasado. (© Golffile | Scott Halleran)

Viktor Hovland siempre ha jugado bien, siempre ha tenido buenos resultados y desde el minuto uno de su carrera se ha revelado como una de las más firmes promesas del golf europeo y mundial. Su irrupción como amateur, siendo el mejor en el Masters y el US Open en 2019, fue el primer gran aldabonazo. Después se pasó a pro y no ha hecho más que crecer. Ha fallado muy pocos cortes y tanto su juego como sus resultados han sido muy serios. Eso sí, en los últimos tres meses ha experimentado un cambio de nivel, ha saltado de pantalla, ha subido los escalones de tres en tres.

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Hovland se hizo profesional en el Travelers Championship de 2019, mes de junio. Pasó el corte y acabó en el puesto 54º. Desde ese día ha jugado 41 torneos con un balance de dos victorias, once top ten y cuatro cortes fallados. Ahora bien, hay una diferencia importante en sus resultados desde el Vivint Houston Open de noviembre del año pasado. Hasta ese torneo había conseguido un triunfo y cinco top ten en 33 intentos, ya sea el PGA Tour o en el European Tour. Desde Houston suma una victoria y seis top ten en ocho intentos. Es decir, en apenas tres meses ha conseguido más top ten que en el casi año y medio anterior.

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¿Qué ha cambiado para producirse esta fabulosa evolución? ¿Cómo ha pasado de sólida promesa a fantástica realidad? Lo mejor es que lo explique el propio Hovland. «Para mí hay dos claves que han producido una mejoría importante en mi juego. La primera es que he conseguido más velocidad de palo y en consecuencia hay dos aspectos de mi juego que han mejorado mucho. Por un lado he ganado de 15 a 20 yardas con el drive y por el otro puedo sacarla con más facilidad desde el rough y pegar a green. Antes, con menos velocidad de palo, me costaba más. La otra clave, muy importante para mí, es la introducción en mi rutina del AimPoint para patear. Lo incorporé en el Houston Open y la mejoría fue muy rápida. La semana siguiente gané en Mayakoba. Me ha dado mucha confianza. Ahora tengo más seguridad en lo que hago en los greenes. Habrá semanas que patee mejor que otras, por supuesto, pero esto me da algo a lo que agarrarme. Sé que voy a ser consistente y todo lo que hago tiene una explicación. Antes me movía más por sensaciones o intuiciones. Era más volátil», asegura.

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Aún así, Hovland sabe que aún tiene margen de mejora por delante. «Soy mucho mejor jugador que hace seis meses. Todavía tengo que aprender muchas cosas, sobre todo respecto al juego corto. De tee a green me encuentro muy cómodo y muy sólido, pero creo que alrededor del hoyo todavía puedo subir mi rendimiento», afirma.

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Con su trayectoria en los últimos torneos, el golfista noruego es uno los favoritos para ganar en el Arnold Palmer Invitational que empieza mañana. Ganando, por ejemplo, se metería seguro entre los diez mejores del mundo por primera vez en su carrera, algo espectacular si tenemos en cuenta que se hizo profesional hace apenas 20 meses.

Una comparativa curiosa con Jon Rahm

Esta dato nos invita a echar un vistazo de nuevo a lo que hizo en su día Jon Rahm. El golfista de Barrika se metió entre los 10 mejores del mundo con 22 años, meses antes que Hovland, y lo consiguió en apenas 11 meses. Brutal. Mientras, Collin Morikawa, otras de las estrellas emergentes, lo hizo con 23, después también que Rahm, y tardó 14 meses desde que se hizo profesional. Eso sí, Morikawa ya ha ganado un Grande y un WGC, cuidado… Ya sólo con eso tiene reservado un hueco entre los mejores.

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