Inicio Grandes Circuitos Pues sí, tenemos torneos en Irlanda, Oregon e Illinois…

Pues sí, tenemos torneos en Irlanda, Oregon e Illinois…

Compartir
Pablo Larrazábal y Adri Arnaus lideran la Armada en Irlanda esta semana. © Golffile | Eoin Clarke
Pablo Larrazábal y Adri Arnaus lideran la Armada en Irlanda esta semana. © Golffile | Eoin Clarke

Esta semana se disputa, aunque no lo parezca, el Irish Open, al fin y al cabo un clásico del calendario del circuito europeo que mantiene su prestigio, aunque sin alcanzar las recientes cotas de glamur de los años 2017, 2018 y 2019, cuando formaba parte de las Rolex Series y Jon Rahm acaparó todo el protagonismo con dos victorias (2017 y 2019) y un cuarto puesto (2018). Ay, aquellos tiempos en los que hasta Rory McIlroy cruzaba el charco para jugarlo…

El escenario es el recorrido del Mont Juliet Estate, en el condado de Kilkenny (Irlanda), un bello e interesante paraje, aunque sigamos echando de menos los links irlandeses, muchos de ellos no tan conocidos, pero igual o más cautivadores que los escoceses. A ojos del ranking mundial el principal favorito al triunfo debería ser un local, Shane Lowry, aunque ya se sabe dónde y cómo terminan estos ‘a prioris’ cuando se habla de golf. Allí están, además, diez españoles: Sebas García Rodríguez, Pablo Larrazábal, Nacho Elvira, Jorge Campillo, Alfredo García Heredia, Santi Tarrio, Álvaro Quirós, Alejandro Cañizares, Rafa Cabrera Bello y Adri Arnaus.

También se juega a partir de mañana, jueves, la segunda prueba de las millonarias LIV Golf Invitational Series en Pumpkin Ridge, cerca de Portland, cuyo mayor interés reside, seamos honestos, en comprobar si a lo largo del torneo se anuncian nuevos nombres para la siguiente cita. También en testar de qué modo aterriza el invento en suelo estadounidense, circunstancia que no deja de tener su morbo.

Es muy cierto que, respecto a su reciente estreno en Londres, se han incorporado algunos nombres de peso y postín, tales como los de Bryson DeChambeau, Brooks Koepka, Patrick Reed o Abraham Ancer, suficientes como para andar pendientes de lo que ocurre sobre la hierba del recorrido de Oregon, pero ya ha quedado también suficientemente dicho y explicado que los mimbres que arman el interés y la atención pueden y deben ir más allá de una lista de participantes y el cheque del ganador. LIV todavía tiene mucho trabajo por delante para hacernos comprender a todos que sus ‘reuniones’ no son solo pura exhibición, encuentros amistosos, que diríamos en terminología futbolera.

Quizá sólo sólo haga falta una labor de ágil, directa y atractiva comunicación, que de momento brilla por su ausencia. O puede que, sencillamente, sólo necesiten seguir acaparando jugadores del top 50 y el top 100 mundial… Y puede que alguno también del top ten, si de verdad aspiran a ser el centro de atención (así funcionan las perezosas cabecitas de los aficionados y seguramente también de los medios).

Mañana, asimismo, arranca el John Deere Classic, torneo del PGA Tour que no suele reunir a docenas de grandes nombres, pero que atesora su historia y sus leyendas, algunas de ellas más bien recientes: es el torneo que ganó tres veces consecutivas Steve Stricker (2009, 2010 y 2011), y también es el torneo donde estrenaban su palmarés victorioso en el PGA Tour tipos como Jordan Spieth (2013) y, mire usted por dónde, Bryson DeChambeau (2017), que ya es casualidad que justo esta semana debute en LIV Golf.

Puestos a evaluar, y ya que el PGA Tour y el DP World Tour han reafirmado y consolidado su alianza, digamos que entre los dos torneos de estos dos circuitos suman esta semana exactamente los mismos jugadores del top 100 mundial que la cita de LIV Golf. Y eso que la semana del John Deere no es precisamente de las más bollantes en el calendario del PGA Tour. Por eso seguramente la cita de LIV tendrá a más top 25 del mundo (hasta cuatro: Koepka, D. J. Ancer y Oosthuizen) que las otras dos juntas (sólo Lowry). En fin, no deja de ser una odiosa comparación…

Señalemos, eso sí, que en el John Deere se ventila un interesante aliciente, puesto que reserva tres plazas para el Open de St. Andrews, que conseguirán los tres mejores dentro del top ten que no estén todavía clasificados.